¿Qué ganadería en Brasil a partir del domingo?
Un informe de la agencia Reuters indica que en el país vecino los líderes de la agroindustria aportaron la mayor parte de la financiación de la campaña de reelección del presidente Jair Bolsonaro, lo que subraya sus estrechos vínculos con los intereses agrícolas, mientras que su rival de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, dependía casi exclusivamente de la financiación pública de los partidos.
Los donantes individuales aportaron casi el 80% de los fondos de campaña de Bolsonaro, y 33 de sus 50 mayores donantes tenían vínculos con la agroindustria, según un análisis de Reuters de datos de la autoridad electoral TSE.
Ninguno de los principales donantes individuales de la campaña de Lula tiene vínculos claros con la agroindustria, lo que subraya sus luchas por volver a conectarse con el sector agrícola a pesar de los estrechos vínculos durante su presidencia de 2003-2010 y nuevos ruegos este año.
Lula tiene una estrecha ventaja antes de la segunda vuelta del domingo, según las últimas encuestas.
La fortaleza de Bolsonaro con los agricultores y ganaderos se debe a varios factores, desde puntos de vista sociales conservadores que se conectan con las zonas rurales de Brasil hasta su defensa del derecho a portar armas que empodera a los propietarios de tierras.
Por el contrario, Lula y su Partido de los Trabajadores (PT) tienen vínculos con el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST), que ha desafiado los derechos de propiedad tradicionales, avivando las tensiones con los terratenientes.
Bolsonaro es un duro crítico del MST y también se ha puesto del lado de los agricultores en conflictos por tierras que involucran reclamos indígenas. Como presidente, detuvo el proceso de demarcación del territorio indígena y flexibilizó la aplicación de las leyes ambientales, lo que también ha reforzado su popularidad entre algunos intereses rurales, de acuerdo a este informe de Reuters.
“El sector agrícola ama a Bolsonaro sin lugar a dudas”, dijo Nilson Leitao, un exdiputado que dirige el Instituto Pensar Agro (IPA), que asesora a la bancada agrícola en el Congreso.
La bancada agrícola de Brasil aumentó sus números en el Congreso en las elecciones generales y los grupos políticos cercanos a Bolsonaro pueden tener una mayoría tanto en la cámara alta como en la baja.
En la parte superior del ranking de donantes de la agroindustria se encuentra Hugo de Carvalho Ribeiro, quien aportó 1,2 millones de reales (225.000 dólares) a la campaña de Bolsonaro. Su cuñado es el exministro de Agricultura Blairo Maggi, conocido como “el rey de la soja” por su papel en un conglomerado agrícola familiar.
Todos los otros 32 donantes del sector agrícola de Bolsonaro contribuyeron con al menos 200.000 reales cada uno, según mostraron los datos.
Esas y otras donaciones individuales representaron alrededor de las cuatro quintas partes del fondo de guerra de su campaña, por un total de 96,5 millones de reales, según los últimos datos del TSE.
Brasil prohibió las donaciones de empresas corporativas en 2016.
En comparación, alrededor del 97% de los 126,8 millones de reales en fondos de campaña de Lula provinieron del financiamiento público de su partido en función de su número de representantes en la Cámara Baja del Congreso.
Una victoria de Lula puede generar una suba del dólar, que puede acentuar la competitividad de corto plazo de la carne y los demás productos del agro brasileño. Es lo que ha sucedido en Colombia tras la victoria de Gustavo Petro y antes en Chile con la victoria de Gabriel Boric.
Una victoria de Bolsonaro puede valorizar la moneda y devolver algo de competitividad relativa a Uruguay respecto a Brasil, pero acentuaría la competitividad de Brasil en el largo plazo, lo que puede bajar los precios de una forma más estructural, porque el consumo en China ya no es capaz de absorber fácilmente los crecientes excedentes de Brasil y logra así bajar precios.
Con una victoria de Lula se abre la interrogante por un posible regreso de las ocupaciones de campos por parte del Movimiento Sin Tierra, que fueron un factor importante de tensión en la ganadería brasileña.