El gran riesgo ganadero es China. Un mercado que acaparó 75% de las exportaciones catapultó los precios y provocó cambios fundamentales en la ganadería uruguaya, por segunda vez se cae súbitamente. La primera vez en 2019, pocas semanas antes de la llegada de la covid. ¿Sabían algo los importadores de China en noviembre de 2019 que los llevó a un ajuste tan fuerte de precios en aquel entonces? La información que llega desde el gigante asiático es difícil de discernir.
Todavía los precios de exportación que publica INAC no explican el derrumbe. Pero es evidente que el mercado principal tiene que ser en buena medida la causa.
Porqué tanto descenso en el mercado de China y de Uruguay en este último mes, también es algo difícil de discernir. Por supuesto que hay suba de tasas de interés (hoy se concretó el esperado 0,75% de suba de la Reserva Federal). Es cierto que la economía china crece menos, que tiene una crisis inmobiliaria, que Brasil exporta mucho. Pero en centavos nunca se había visto un derrumbe así.
Con Rusia retrocediendo en territorio ucraniano, entre otros varios factores geopolíticos, cabe pensar si no hay también en este caso algo más grande de lo que estamos viendo que está por suceder. O simplemente muestra el riesgo que implica depender tan marcadamente de un mercado que es un capitalismo de Estado donde se puede decidir un ajuste fuerte de precios súbitamente sin que haya un mecanismo de múltiples competidores al estilo occidental.
Es un mundo convulsionado, con una Europa que tendrá un invierno sombrío salvo que antes ocurra un colapso de las tropas rusas que no se sabe en qué puede derivar dadas las frecuentes amenazas nucleares.
Un mundo crispado que golpea a la carne y lana uruguayas y donde toda proyección es más que tentativa.
En el interín la agricultura le ganará hectáreas a la ganadería. Lo más básico primero. Y puede volver la salida de ganado en pie a Turquía si el ajuste se sigue profundizando.