El alto precio de los fertilizantes nitrogenados llevó a que en la última siembra desde Brasil a EE.UU. se priorizara la soja. Eso está generando un déficit en cereales y potencialmente una recuperación de reservas de soja que debe mover en sentido inverso el área de siembra el año próximo.
La disparada del precio de la carne de cerdo en China es importante y puede dar sostén, porque además es bajo el stock de harina de soja. Pero aún así vemos para la soja una situación de riesgo que tiene que ver con las muy escasas compras de China y la muy alta producción que se espera en Brasil, donde la siembra avanza a buen ritmo y se consolidan proyecciones de una producción que superaría las 150 millones de toneladas. Esta semana la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) divulgó su primera proyección de más de 152 millones de toneladas, que supera largamente la que el mercado consideraba como referencia del USDA en 149 millones. Incluso hay privados que ubican la cosecha en 154 millones. Solo Brasil subiría 25 millones de toneladas su producción respecto a la cosecha pasada. Sumando a Argentina y EE.UU., el aumento en la producción se va a 40 millones de toneladas.
Una estabilidad frágil para la soja
Además, ya está en pleno avance la cosecha de EE.UU. y el grano encuentra dificultades para salir por una excepcional bajante del río Misisipi, que recién este lunes quedó liberado y llevó a que encallaran varias barcazas, lo que está frenando las compras. Pocos días atrás hubo una corrección hacia arriba en el stock de la oleaginosa de EE.UU. Y las compras de China siguen sin aparecer en volúmenes relevantes en EE.UU., todo lo que suma a un panorama bajista, donde el factor alcista puede ser el alto precio y bajos stocks de harina de soja en China. Los riesgos derivan de una abundante oferta.
Pero lo más importante es el avance de la siembra en Brasil, donde el agua más bien sobra y eso asegura un buen desarrollo de los cultivos por un buen tiempo. Al revés que el año pasado, puede pasar en éste que Brasil tenga rendimientos altos, y Uruguay, no.
Trigo
Lo contrario pasa con el trigo, particularmente en la región y en Uruguay. Hay una baja disponibilidad de grano en Uruguay, y la sequía en el oeste amenaza los cultivos, lo que subió los precios por el poco trigo disponible, que ya casi es inexistente.
La industria molinera espera con avidez la próxima cosecha que apuntaba a ser muy importante por un área muy alta de casi 300 mil hectáreas y cultivos que venían en condiciones óptimas. Pero el faltante de lluvias a partir de agosto tiene a los productores en vilo. Esa oferta que la industria espera, puede estar en un volumen muy menguado y lo mismo pasa con el trigo en Argentina, que corrige semana tras semana su producción a la baja.
Es clave para el futuro del preci, el resultado muy probable de que Rusia no acompañe una prolongación del acuerdo de Estambul más allá del 22 de noviembre próximo, lo que podría frenar de nuevo las exportaciones de granos de Ucrania a través del Mar Negro. Según reporta la trader argentina Granar, en las últimas semanas las inspecciones de barcos que se hacen en el ingreso y en el egreso del corredor seguro, en la zona del estrecho del Bósforo, está siendo ralentizada por los inspectores rusos, lo que genera demoras en los planes de embarques ucranianos.
Precios firmes
Los precios de los cereales se mantienen así firmes, lo que incluye al maíz y al arroz, que empieza a levantar en Brasil, algo que puede haber ayudado a cerrar el precio provisorio del arroz uruguayo en la zafra 2022 (US$ 11,45 por bolsa). En Brasil se estabilizaron los US$ 15 por bolsa.
La firmeza de los cereales deriva en parte del clima, en parte del alto precio de los nitrogenados que llevó a recortes de área, al bajo stock de EE.UU., que puede incluso volver a recortarse el próximo miércoles. Pero también de la fuerte amenaza climática sobre los cultivos y de un muy bajo nivel de stock en EE.UU. que demorará en revertirse. El mes de octubre es decisivo para el rendimiento de los cultivos en Argentina y Uruguay y la perspectiva no es buena. Desde el punto de vista de los precios, las preocupaciones por la inflación siguen dominando el panorama, y en particular para la soja también luce por lo menos moderado.
Por Eduardo Blasina