En la jornada de aprovechamiento de áreas con espinillo en el litoral de país, realizada en 10 de mayo, productores y técnicos recorrieron tres predios de la Colonia Luis A. de Herrera, con diferentes experiencias de manejo.
La primera parada fue el predio lechero de la familia Gauthier, donde el área con espinillo es el 52 % de la fracción de 110 hectáreas. Actualmente la mitad de la fracción está en proceso de regeneración a base de campo natural. “Hemos dejado el espinillo; históricamente no se lo dejaba, pero se empezó a dejar, en franjas de entre nueve y 12 metros”, dijo Pablo Gauthier. “La idea es que el mismo contribuya a la regeneración de tapiz y genere como un microclima favoreciendo la producción de los animales”, agregó.
La siguiente parada fue el predio ganadero de José Heit, que con 221 hectáreas cuenta con el 56% el área con espinillo. Heit realizó gestiones ante la Dirección General Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (DGF-MGAP) y diseñó un plan de manejo del monte nativo que existe en su predio. El colono observó que “el espinillo en seca viene más que lloviendo, o sea, se nota más”.
“A lo que no viene otra pastura, ¡el espinillo, no se queda, crece y crece!”, afirmó Heit. Allí ha realizado diferentes combinaciones de manejos como aplicación de herbicida, destronque a pico, formación de callejones y raleos, entre otros.
El técnico de la DGF del MGAP, el ingeniero agrónomo Agustín Boffano, explicó que “el espinillo en esta zona se comporta como un invasor, coloniza rápidamente sobre todo la zona de chacra”, por lo que “es realmente un problema, un desafío y una oportunidad”. En tanto, en la DGF, se habló de que “tratar de disminuir los costos de mantenimiento del área, erradicar o eliminar el espinillo es muy difícil”.
El grupo ganadero Los Costeros fue la tercera experiencia que se visitó. Su predio tiene 27% de área con espinillo en 110 hectáreas. Fabricio Mendienta, integrante del grupo, comentó: “Lo que recibimos hace tres años era suelo desnudo, porque era un campo sojero; lo que se hizo fue bajar el espinillo que se venía, con rotativas, y plantar una especie nativa”. Esta iniciativa se llevó a cabo con el apoyo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). En este sentido, el investigador e ingeniero agrónomo Rafael Reyno describió el proyecto que implicó la incorporación de la especie nativa INIA Sepé. “Esta especie logró una rápida cobertura vegetal y en convivencia con el resto del ambiente, sobre todo el espinillo”, dijo.
El espinillo en tierras del INC
Se estima que 30.000 hectáreas del Instituto Nacional de Colonización (INC) cuentan con áreas donde predomina el espinillo, razón por la cual la jornada convocó el interés de familias y grupos colonos de Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro, donde el árbol se extiende en mayor superficie.
El gerente de la Regional Río Negro del INC, el ingeniero agrónomo Mateo Ceriani comentó que en el departamento son 7.000 las hectáreas ocupadas por espinillo, y el manejo es a “voluntad” de las familias y grupos colonos. Esta actividad intentó que se piense al espinillo “como un aliado y no como un enemigo, porque como enemigo perdemos lejos la carrera”, admitió Ceriani.
Por su parte, Berrutti celebró la realización de la jornada “multitudinaria con un interés extraordinario” y agregó que sería “impensable hace unos años ¡una jornada sobre espinillo!”. “Mi mensaje es: ¡manejo, manejo, manejo! No cortar”, aconsejó el especialista, aunque reconoció que “cada situación es única”, y también aplaudió “el inmenso esfuerzo que hacen para producir conservando, porque en ninguno de los casos” visitados “el productor quería arrancarlo de cuajo”.
Por Cecilia Ferreira para Blasina y Asociados