Por Pancho Pastori de Casa Arbus | @casaarbus
Hace dos días, el 19 de agosto, fue el Día Internacional de la Fotografía. La fecha fue elegida en honor al día en que se presentó públicamente el daguerrotipo, en el año 1839.
Este proceso fotográfico fue desarrollado por Niépce y Daguerre, pero el primero había fallecido para la fecha en la que se presentó el invento. Daguerre, muy empático y considerado con su socio, decidió llamarlo "daguerrotipo", dejando el nombre de Niépce totalmente fuera de escena.
Por suerte, el hijo escribió un libro reivindicando la participación del fallecido. Sin embargo, se dice que el hecho de que su apellido no fuera destacado anteriormente fue, en parte, por su desinterés en las negociaciones de la patente del invento.
En estos días de la fotografía se recuerda siempre el primer proceso fotográfico, así como las anécdotas sobre sus inventores. Este espacio presentará una mirada diferente a la historia de la fotografía, y para reivindicar y actualizar algo escrito hace unos años sobre el papel de la mujer en este rubro.
Hablar de este tema es una elección caprichosa, pero también es justa con la historia. El lugar que tuvo la mujer en la fotografía, incluso ganando dinero con esta disciplina, era un rol que en la sociedad de finales del siglo XIX no era tan evidente, por lo que la fotografía hizo bien las cosas desde sus inicios.
El papel de la mujer en la fotografía se remonta a pocos años después del nacimiento oficial de la misma, con Anna Atkins, que utilizando la cianotipia hizo la primer publicación fotográfica en el año 1843.
Pocos años después, en 1854, Adolphe Disderi pone de moda las "carte de visite", que no eran otra cosa que fotos del tamaño de una tarjeta personal (también llamadas tarjeta de presentación o incluso tarjeta de visita). Con este negocio de la carta de visita, se instalan estudios a los que la burguesía asistía para realizarse las fotos. En estos, desde un inicio las mujeres trabajan a la par de los hombres. Incluso Geneviéve Elisabeth Francart, esposa de Disderi, queda a cargo del primer estudio del marido cuando él abre otro en París.
En España, Amalia López Cabrera se convirtió en la primera mujer en tener su propio estudio de fotografía, en 1860, pero no sería la única, y el fenómeno se repetiría en diferentes partes del mundo. En 1861, Hilda Sjölin abre su estudio en Malmö, Suecia, y en 1865, Shima Ryuu inaugura el suyo junto a su marido en Edo (actualmente Tokio), Japón, convirtiéndose en la primer fotógrafa japonesa.
A pesar de que la historia de las primeras fotógrafas no se reduce a esos casos contados, damos un salto en el tiempo para hablar de una fotógrafa que nació solo 44 años después que la fotografía misma: Imogen Cunningham. Ella nace en 1883, en Estados Unidos, y ya en 1909 se va a estudiar a Alemania, donde ahondó en el uso de la técnica de la platinotipia. En sus inicios estuvo inspirada por el estilo pictorialista de Gertrude Käsebier, otra fotógrafa muy destacada, quien a finales del siglo XIX ya contaba con un gran trabajo y reconocimiento. En 1902 fue convocada por Alfred Stieglitz para formar parte del exclusivo grupo de artistas Photo-Secession.
Cunningham fue parte del grupo de grandes fotógrafos que fundaron f/64, donde proponían una fotografía “pura”, sin intervenciones, a diferencia del pictorialismo que la inspiró en sus inicios. Entre los fundadores de f/64 se encontraba otra fotógrafa, Sonya Noskowiak y también Ansel Adams, que también sería cofundador de la revista Aperture con otra fotógrafa muy influyente en el mundo del fotoperiodismo: Dorotha Lange.
Lange nace en 1895, en Nueva Jersey. Es conocida especialmente por sus fotos para la Farm Security Administration (FSA), en particular la de la “madre migrante”. Esta cobró particular notoriedad por reflejar de una forma muy cruda el momento de la Gran Depresión estadounidense en las zonas rurales. El gran registro que realizó con la FSA le abrió otras puertas, entre las que se destacan el registro de la situación de los japoneses estadounidenses luego del ataque de Perl Harbor.
Otra fotoperiodista, pero con un perfil bien diferente y un amor por la adrenalina bastante más marcado, fue la alemana Gerda Taro. Nació en 1910 en la ciudad de Stuttgart, y fue conocida por ser la primera fotoperiodista en cubrir un frente de guerra, así como la primera en morir mientras lo realizaba.
Además de provenir de una familia judío- polaca, desde su juventud formó parte de movimientos socialistas, por lo que no era muy bien vista por los nazis. En 1933 tuvo que huir de Alemania y su destino fue París, donde conoció a Endre Ernö Friedmann, con quien, además de ser pareja, compartieron el amor por la fotografía.
Juntos crearon un personaje llamado Robert Capa, al que presentaban (y representaban) como un reputado fotógrafo de Estados Unidos que trabajaba en Europa. Ya que no se podía googlear “Robert Capa” y ver que no solo no era un reconocido fotógrafo, sino que directamente no existía, la estrategia de marketing resultó perfecta y empezaron a recibir muchos encargos, y por lo tanto, buenos ingresos.
En 1936 empieza la Guerra Civil Española, y la pareja se va a España para que Robert Capa pudiera hacer fotos. En los inicios ambos utilizan el seudónimo, pero luego se distancian y Friedmann se queda con el nombre de Robert Capa, por lo que en las últimas fotos de Gerda, su firma aparece como “Photo Taro”.
El 26 de julio de 1937, pocos días antes de cumplir 27 años, Gerda Taro muere en un hospital luego de ser pisada por un tanque de guerra, al caer del costado de una camioneta en la que huía de un ataque aéreo de las fuerzas franquistas.
El 14 de marzo de 1923, en Nueva York, nace otra figura icónica de la fotografía: Diane Arbus, que da nombre a Casa Arbus, nuestra escuela de fotografía, por lo que no es necesario aclarar nuestra admiración hacia ella.
Fue una retratista particular. Dio lugar en sus fotografías a las personas que no tenían lugar en la sociedad, pero no siempre fue así. En sus inicios aprendió fotografía con su marido Allan Arbus, y juntos se dedicaban a la fotografía de moda. Luego, cuando comenzó a publicar sus obras, Diane recibió una beca del Guggenheim para continuar desarrollando su carrera como artista.
Entre sus influencias y maestros se destaca Berenice Abbot, gran fotógrafa estadounidense nacida en 1889.
En 1959, Diane se separó de Allan, y eso la afectó personal y artísticamente (para bien y para mal). En la década del 60 se encuentra su período más productivo, donde cambió sus intereses y se dedicó a recorrer los barrios marginales de Nueva York para conocer y retratar a enanos, gigantes, nudistas, transexuales y prostitutas.
En 1967 participó de una muestra conjunta en el MoMA de Nueva York, donde ganó más prestigio y reconocimiento popular.
En 1971, con 48 años, Diane Arbus se suicidó, dejando atrás muchas fotografías excelentes, y otras varias exposiciones póstumas de gran importancia para su carrera.
Una vida más tranquila que Arbus y Taro (al menos en lo que a fotografía se refiere) y bastante más larga que la de ambas, tuvo la fotógrafa Vivian Maier. Nació en Nueva York en 1926, hija de madre francesa y padre austríaco, que estaban en Estados Unidos porque eran refugiados judíos. Pasó parte de su infancia en Francia y a los 25 años volvió a Nueva York, para cinco años después mudarse a Chicago, donde viviría hasta su muerte.
Sus fotos retratan la vida y las calles de Chicago y Nueva York, pero también la (auto)retratan a ella en innumerables reflejos, espejos y sombras que se proyectan en un sinfín de superficies. Fue una fotógrafa compulsiva y realizó muchas más fotos de las que pudo revelar. La acción de fotografiar parecía ser mucho más satisfactoria para ella que el resultado, a pesar de que el mismo fuera particularmente bueno.
Trabajó como niñera y nunca mostraba sus fotos. Las mismas fueron descubiertas de casualidad en el 2007 por John Maloof, que compró una caja de negativos en una subasta por U$S 380 y, sin querer y con un poco de ayuda (de Allan Sekula), se dio cuenta de que estaba frente a una artista increíble. En la actualidad y gracias a la buena difusión que se realizó de su obra, debe ser uno de los nombres más conocidos al momento de hablar de fotógrafas históricas.
Fue una artista que creó por el simple amor a crear. Murió sola y pobre en el 2009, poco antes de que Maloof comenzara a investigar más sobre su vida y saliera en su búsqueda. Murió casi en simultáneo a que su historia naciera para todos nosotros.
Saliendo de Norte América y avanzando en el tiempo, me parece interesante nombrar a Candida Höfer, nacida en Eberswalde, Alemania, en 1944.
Comenzó su trabajo de fotógrafa en 1968, como retratista para algunos periódicos. Luego, entre 1973 y 1978 trabajó en su serie “Turcos en Alemania”, sobre los trabajadores inmigrantes. Pero es en 1979 cuando comienza con sus fotos más características, que son las de interiores de edificios públicos vacíos, donde sin mayores pretensiones consigue un estilo propio en lo que podría ser simplemente otra foto de arquitectura.
Volviendo a Estados Unidos y avanzando solo cinco años, nos encontramos con una de las fotógrafas más conocidas de la actualidad, que a pesar de que nos parezca mucho más contemporánea que Vivian Maier o Diane Arbus, hay menos de 30 años entre sus nacimientos: en 1949 nació Annie Leibovitz, ni más ni menos que la fotógrafa mejor paga del mundo. Ha tenido un sinfín de premios y trabajó retratando a múltiples celebridades, destacando que fue la última en retratar oficialmente a John Lennon antes de su muerte (horas antes).
Fue la fotógrafa jefe de la revista Rolling Stone durante diez años, realizó más de 140 tapas y desde 1983 trabaja como retratista en la revista Vanity Fair.
Otra fotógrafa destacada es la española Cristina García Rodero, nacida en Puertollano en 1949. Fue la primera persona de nacionalidad española en integrar la Agencia Magnum, una de las más importantes del mundo y de la historia de la fotografía. Es fotoperiodista, pero con un estilo muy particular y propio.
Desde setiembre del 2018 cuenta con un museo que lleva su nombre, donde se puede ver una colección permanente con sus obras.
En un paréntesis en el orden cronológico que veníamos teniendo, vale mencionar a otra española que no solo forma parte de Magnum, sino que actualmente es la presidenta de la agencia. Es Cristina de Middel, nacida en Alicante en 1975.
Acercándonos más en el tiempo, tenemos a grandes fotógrafas que nacieron en la década del 50: Sally Mann en 1951, que realiza todo su trabajo en colodión húmedo y hace fotos de sus hijos, las cuales han sido muy cuestionadas.
Nan Goldin, que nació en Washington D.C. en 1953 y retrató la escena contracultural de Nueva York, su serie más famosa es “La balada de la dependencia sexual “.
Cindy Sherman, de 1954, que además de fotógrafa es directora de cine. Su obra se basa en fotografías de ella, pero que no considera autorretratos, ya que en las mismas ella está caracterizada para poner sobre la mesa temas como el papel de la mujer en la sociedad y en los medios de comunicación.
Shirin Neshat nació en Qazvín, Iran, en 1957. En sus fotografías, aborda el tema de la condición de la mujer en las sociedades islámicas contemporáneas.
También de 1957 es Ouka Leele (Bárbara Allende Gil de Biedma), fotógrafa, pintora y poeta madrileña que realiza fotografías en blanco y negro, que luego colorea con acuarelas.
Finalizando este texto sin pretender abordar todas las fotógrafas importantes de la historia, y con la seguridad de haber sido completamente injusto en la selección, dejo con esta lista de artistas la invitación para ver sus trabajos y, por qué no, recomendarnos otras fotógrafas para conocer su obra.
No fueron consideradas las fotógrafas uruguayas para no cometer la injusticia de dejar afuera a varias por desconocimiento. Recomiendo igual la colección de libros de fotografía contemporánea uruguaya del Centro de Fotografía (CdF), que tiene entre otras, a las fotógrafas Diana Mines, Magela Ferrero, Annabella Balduvino y a Nancy Urrutia.
También fue elegida la década del 50 como punto final del listado de fotógrafas, por pura arbitrariedad y, por qué no, para reservar un lugar a las posteriores en otra nota.