Por Catalina Zabala
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"Y parece que el viejo pensativo,
al extender con majestad la mano,
arroja al infinito la semilla
que en el surco del cielo son los astros".
Tiempo de siembra, Víctor Hugo.
Tiempo de siembra, de Víctor Hugo, habla de sembrar. De labrar la tierra con esperanza en la cosecha. De aportar algo que se considera valioso para las generaciones venideras. Lejos del "torremarfilismo" de la modernidad, término despectivo que hacía referencia a aquellos artistas que, encerrados en su "torre de marfil", se perdían en sus ideas sin contribuir al pensamiento de la comunidad, el romántico francés destacaba la ardua pero necesaria tarea del poeta de sembrar preguntas. De hacer pensar. De no abandonar al prójimo.
El Cuarteto de Nos intentó sembrar su visión sobre numerosos temas que apelan a nuestra sociedad. A veces aclamados, pero también cuestionados, este grupo emblemático sintió necesario poner temas que no solían estar en la mesa en unos años 90, y menos a 20 años de una dictadura militar.
Su mundo se compone de números y letras. La formación en la ingeniería y la pasión por el arte le permitieron a Roberto Musso experimentar. Combinación inusual, resultado inusual.
La voz de El Cuarteto de Nos fue un primer golpe de cañón para varios que vendrían después. Inspiró a la juventud. Artistas y fanáticos. Presentaron un discurso que no solía sonar en la radio de aquel entonces. Hoy lo siguen haciendo, con sus lanzamientos "El perro de Alcibíades" o "Cara de nada", pero con una perspectiva de 40 años caminados y preconceptos deconstruidos.
Con una mirada víctima de la maduración pero con nostalgia de sus comienzos, se presentan este 2 y 3 de noviembre en el Antel Arena. Las entradas pueden adquirirse aquí.
Tras 40 años de carrera musical, ¿cómo ves la evolución de Roberto Musso como artista?
La pregunta tiene un montón de ángulos. Está buenísima porque me ha pasado, tanto a mí como a todos los miembros del Cuarteto, que ha habido una evolución te diría que performática como músicos, de ir adaptándonos a todo lo que ha sido el cambio del consumo de la música, desde que empezamos allá a fines de los 80 hasta ahora. Tocando el 95% de los shows fuera de Uruguay, y cada vez más multitudinarios, festivales grandes y shows nuestros también, eso hace que te tengas que seguir perfeccionando en todo aspecto.
Obviamente si me empezás a comparar con el Roberto de cuando empezamos con el Cuarteto hasta ahora, pegó una evolución en un montón de aspectos. También en la parte compositiva o creativa, que es otra pata importante del Cuarteto y de Roberto. También de estar aggiornado con lo que está pasando, ir viendo de qué temas hablar en las canciones, que también conecten mucho con la realidad actual y todo eso nos parece un punto de vista interesante. A mí me motivan y me incentivan distintas cosas que hace unos años para componer, lo cual también te da mucha más amplitud en ese aspecto.
Estudiaste ingeniería y ejerciste muchos años. ¿Cómo conviven dos mundos aparentemente tan diversos (lógica y creatividad) en una misma cabeza, y en consecuencia, en una misma carrera?
Yo siempre digo que quiebro una lanza por el ingeniero, que es siempre tildado de persona estructurada, cuadrada, de insensible, pero eso es una fachada para afuera. Somos gente demasiado sensible muchas veces. Y yo te digo que por más que obviamente parecen al principio muy disímiles, y que no tienen un punto de encuentro en el universo, para mí por lo menos la pasión por la música y por las matemáticas siempre fue muy parecida.
Para el que se sumerge en el mundo de los números, resulta ser el mismo escape de la realidad que para el que se sumerge en el mundo de las letras, esa es una teoría que tengo. A mí siempre me gustó Borges; los cuentos sobre todo de su formación matemática me fascinan, entonces yo no veo tanta dicotomía entre las dos cuestiones. Ahora hace un montón de años que no ejerzo porque el Cuarteto me absorbió totalmente todo el tiempo real de mi vida hace un montón, pero te digo que la canción de la computadora, el "Contrapunto para humano y computadora", yo hacía tiempo que quería una canción en la cual colidaran mis dos universos, y cuando le encontré la vuelta a esa canción me pareció genial.
Pasa algo súper interesante, en lo que yo no te miento. Nosotros hacemos Meet & Greet con el Cuarteto, generalmente en todos los shows de Latinoamérica. Viene un montón de gente y sobre todo muchos chicos jóvenes, que pagan un poco más la entrada para sacarse la foto. Pero nosotros lo hemos humanizado bastante más, y lo acotamos a menos gente para poder charlar un rato con ellos. Te juro que la experiencia es increíble. Es más, hemos pedido para hacerlo antes de los shows, porque te genera una adrenalina impresionante por las historias de los pibes, que te cuentan cómo conocieron al Cuarteto, cómo los sacó de una depresión, cómo nos presentaron a un amigo que estaba mal, te eriza la piel. Y todo esto te lo decía porque hay un montón de chicos que me dicen: "Yo seguí ingeniería por vos". Muchos casos.
¿Cómo lidias con esa realidad del artista de ser ídolo de mucha gente? Con que algunos te pongan en el lugar de un dios, cuando vos sabés que sos una persona normal.
Ahí no lo pienso tanto, realmente una de las cosas que más me siguen motivando a escribir y que me dan inspiración para hacerlo, son muchísimas de esas charlas. Incluso en lo que se viene ahora para el próximo disco, hay mucho de eso. De lo importantes que son a veces las letras de tus canciones, que uno lo sabe de repente, pero capaz que no lo dimensiona tanto hasta el momento en que lo ves ahí. Y creo que son miles, nos pasa en cada Meet & Greet, que son 50-60 personas, y hay 10-15 que te cuentan historias; que tienen tatuada una canción, o el escudo del Cuarteto, etc.
Una chica que estuvo en CTI me contaba el otro día que los amigos, para estimularle la parte neurológica, le pusieron canciones del Cuarteto mientras estaba internada, y según ella se aprendió las canciones así. Es muy particular también el público que llevamos, hay mucha gente con el espectro autista, que nos dicen incluso sus padres que se sienten súper contenidos con nuestras letras y shows, porque va mucha gente similar en cuanto a emociones, a sensibilidad y todo eso, y está salado. Me encanta, uno lo va tomando en el correr del tiempo con más responsabilidad en el momento de escribir, pero la verdad que es súper motivador.
¿Dirías que el público del Cuarteto es particular en comparación a otros?
No sé, es súper universal. Vos vas a cualquier show nuestro y vas a ver que atraviesa generaciones, más allá de que hoy la mayoría del público es muy muy joven. Yo no te miento, pero más del 70% son pibes menores de 20 años. Y pasa que fuera de Uruguay, por ejemplo, los chicos conocen al Cuarteto, y los padres nos conocen por ellos, al revés de lo que se da a veces en el rock. Y también atraviesa género, clases sociales, lo veo bastante universal. A veces estoy en un show y veo alguna cara de algún chico, y me siento reflejado en el Roberto de cuando tenía esa edad, ese Roberto inquieto buscando a la banda alternativa que no era muy conocida pero que le copaba, y sintiéndose bien con la gente que estaba al lado.
Rock y rap: dos géneros muy presentes en su música. ¿Por qué esos y no otros?
Está muy bien la pregunta. Obviamente que el Cuarteto fue una banda con instrumentación rockera desde siempre, y lo de fusión con otros géneros también lo tenemos ya en el ADN de la banda. A mí el tema con el hip hop y el rap es que me gustaron siempre desde los 80 en adelante, desde los Beastie Boys pasando por Eminem. Siempre me llamó mucho la atención, y me ayudó también para poder desarrollar letras largas, que era algo que con la estructura de una canción rock- pop media básica, de estrofa- estribillo- estrofa, me acotaba un poco.
Sobre todo a mí que soy una persona a la que le cuesta mucho poder redondear, o expresar una idea con pocas palabras. Y para poder jugar con el lenguaje, el tema de las rimas y todo eso, que también es una cosa que me encanta, me abrió esa ventana. El tener más palabras disponibles en una canción y poder desarrollar historias. Capaz que es por eso, te estoy teorizando, no es nada seguro.
Pero viste que también hay canciones, por ejemplo "Marioneta", que es mitad una cumbia peruana, y mitad Sex Pistols, ahí también compiten. Y está buenísimo porque me he encontrado, viajando en shows y festivales, con muchos chicos de esos de la generación nueva, más del género urbano y todo eso, que me decían que se habían inspirado muchísimo en las canciones del Cuarteto de cuando ellos eran chicos. Claro, ahora son pibes de más de 20 años, que cuando escuchaban el Cuarteto tenían 12- 13. Pero desde Wos en adelante, fueron un montón los que me he encontrado y me han dicho lo mismo. Que se han inspirado en ese tipo de letras.
¿Tenés un método particular para componer?
No tener miedo a la experimentación. Animarse a experimentar, y saber que si le errás y vas mal, lo tirás a la papelera y arrancás de vuelta. Más que nada eso; no hay una fórmula matemática. No tenerle miedo a ese fracaso, y por eso soy súper lento en hacer canciones. Yo tengo millones de colegas que hacen tremendas canciones y en una noche de inspiración te hacen tremenda letra, yo eso no lo puedo hacer nunca. Preciso horas y horas de laburo y de buscarle la vuelta. Lo que sí siempre digo, y capaz que es un poco original en ese aspecto, es que siempre me baso en que la chispa sea un concepto, y no una letra o una música, que suena raro a veces cuando trato de explicarlo a otra persona. Pero más que nada es el concepto y la idea lo que desata después la letra y la música al mismo tiempo.
La crítica social y la filosofía están muy presentes en tus canciones. ¿Te parece necesario realizar aportes sociales a través del arte, o solo te sentís más cómodo creando así?
Perfecta la pregunta, yo no creo que sea necesario. Pienso que se vuelve necesario si para el artista es necesario. Eso es totalmente válido, y ahí la conexión que tienen las canciones del Cuarteto con la gente, sobre todo con el público joven. Para mí sigue siendo una incógnita muy grande. Me parece que ese cóctel es cierto, porque vos ves en cada canción del Cuarteto que sus personajes están siempre medio en el borde entre la realidad y la ficción.
No sabés mucho qué son, y es poco probable que existan como tales. Pero sin embargo, la gente se identifica con ellos, cosa que es bastante difícil. Y a mí en ese aspecto me gusta mucho lo de dejar claras cuestiones que pasen en la vida social del personaje, pero a su vez también tiene ese tinte de surrealismo. Para mí es como una balanza, no hay canciones del Cuarteto que bajen línea directa de nada en específico. A mí me gusta sobre todo eso, escribir personajes ambiguos y contradictorios, y que quede planteado un signo de interrogación sobre la verdadera personalidad de ese personaje.
¿Nunca les dio inseguridad como artistas, sobre todo en los últimos años, que se malinterpreten cosas de sus canciones, frente a la creciente cultura de cancelación?
Tal cual lo que decís. No sé si temor, pero capaz que un poco más de cuidado uno tiene, eso es cierto. Sobre todo más que nada porque hoy por hoy, como te decía, vos sabés que capaz hace 20 años hacíamos una canción que quedaba acá en Montevideo, y que no tenía la amplificación que tiene hoy. Entonces es verdad lo que decís, capaz que le puedo dar una lectura más a la letra, o una vuelta más, pensando que la puede estar escuchando alguien que no está viviendo mi propia realidad acá, y ver cómo la puede interpretar, y capaz que le corrijo algo. Pero no, yo creo que esa esencia que encuentra la gente que está descubriendo al Cuarteto, una vez que entra a nuestro mundo, que abre ese portal, ahí el riesgo que vos decís ya no corre.
Canciones de los 90 y los 2000 como "Siempre que escucho al Cuarteto" o "El día que Artigas se emborrachó". ¿Sienten que habrían sido recibidas de la misma manera si se hubieran lanzado hoy?
Sin duda no habría sido igual, porque ha cambiado todo. Es imposible poder pensar o imaginar una comparación. Las canciones del Cuarteto noventero, que a mi me encantaban y me encantan, también me encanta que estén ahí. Quedaron ahí porque muestran un panorama que cualquier persona que haya vivido los 90, como joven o adolescente, entiende. Nosotros veníamos de una adolescencia en dictadura militar, habíamos salido de la universidad en un momento de ebullición cultural increíble, y con unos preceptos y conceptos totalmente diferentes a los de ahora, 30 y pico de años después.
Para mí fue también algo natural el haber evolucionado, el buscar otras cuestiones que me inspiraran para contar, porque yo también me encontré con una fórmula que ya no me resultaba interesante aplicar para seguir escribiendo. De hecho, el repertorio que tenemos hoy nosotros, son canciones que van desde "Raro" en adelante.
Santiago Travella fue uno de los fundadores, pero dejó la banda este año. ¿Cómo se transforma El Cuarteto tras su partida? ¿Qué carácter toma? ¿Su partida sacudió sus cimientos?
Todo este año tocamos sin Tave, fue de golpe la noticia para los fans, y para todos ustedes en prensa también. Pero Santiago ya lo había planteado más de un año y medio antes, que andaba con ganas de dedicarse, sobre todo por un tema de tiempo y de intensidad de la giras, a un montón de proyectos que tiene él en paralelo al Cuarteto. Y nos planteaba, "si no lo hago a esta altura de mi vida, ¿cuándo lo voy a hacer?", porque cada vez veníamos con giras más intensas, con una agenda cada vez más apretada, y él tiene otras motivaciones además de cantar con el Cuarteto.
Tiene su proyecto solista, es curador, es artista visual. Lo fuimos charlando, y tenemos eso de conocernos de toda la vida, de respetarnos las decisiones mutuas, buscándole la vuelta para ver cuál es la mejor fórmula. Ese año y medio, sobre todo con las canciones de Lámina Once, ya en vivo el bajo lo tocaba Santi Marrero, el tecladista nuestro, y empezó también con alguna guitarra. Empezamos a tocar con Luis Angelero de invitado en la guitarra en algunas fechas importantes; como que se fue acomodando de a poquito la banda sin decir nada todavía, y cuando fue realmente el momento de dar la comunicación, a nivel del grupo armado ya estaba reconfigurada con los mismos que éramos, digamos. Pero estuvo buenísimo eso, que fue todo de común acuerdo y todo recontra hablado desde hacía mucho tiempo atrás.
Después de tanto camino recorrido, ¿qué se puede esperar como músico después de 40 exitosos años caminados?
Si me hacías esa misma pregunta hace 10 años, te contestaba algo totalmente distinto. Por suerte, todo lo que ha pasado en el destino y la historia nuestra ha sido sin nada premeditado, sin tener proyectos muy a largo plazo, de cuestiones a querer conquistar. Capaz que ahí está el secreto de cómo uno también se mantiene después de tantos años, no poner objetivos muy altos que después el fracaso te los tire abajo. Pero siempre hemos tenido por suerte proyectos a mediano plazo, a corto plazo, canciones nuevas, discos nuevos, estar yendo a ciudades por primera vez, ver cómo crecen las audiencias y cómo cambian, siempre ha sido muy motivador en sí mismo todo eso.
Lámina Once: ¿Cómo lo describirías en comparación a otras obras? ¿Marca una etapa?
Lámina Once lo que tuvo de particular fue ser creado y grabado en plena pandemia. Yo creo que eso lo marcó a fuego a nivel discográfico, y después a nivel social de lo que pasó. Las canciones de Lámina Once y las de Jueves también, porque Jueves no lo habíamos podido tocar tanto, recién lo estábamos presentando cuando salió la pandemia. Entonces yo los veo como dos discos en uno, porque en muchos lugares terminamos presentando los dos discos en un solo show, por ejemplo.
Están muy hermanados en ese aspecto; conectaron con una generación nueva, sobre todo de Latinoamérica, que fue muy fuerte. Y esa temática que recorre Lámina Once de canciones sobre la soledad, el encierro, del tema de la búsqueda de culpable, de la polarización de todo, sonó como muy contemporáneo, y me da la sensación de que mucho chico estaba encerrado sin ir al colegio en la computadora, y descubrió que estos tipos hablaban más o menos de lo que le estaba pasando.
Lanzaron dos canciones nuevas hace una semana: "El perro de Alcibíades" habla sobre el entretenimiento y la distracción de los públicos, para que no piensen en temas más importantes. ¿Viste una necesidad del presente de tratar el tema?
El nombre tampoco es caprichoso. En realidad hace referencia a una leyenda de un gobernador político de Atenas del siglo V a. C. que se llamaba Alcibíades, y que tenía un perro que le había costado mucha plata y era muy llamativo. Este Alcibíades parece que estando ahí de gobernador de Atenas, se le recriminaban temas de corrupción y de manejo de dinero que tenía, entonces se le ocurrió cortarle la cola al perro para que la gente empezara a hablar de eso, y no de los temas de los que lo acusaban.
Esa fue un poco la chispa de la canción, por eso es que habla de la cortina de humo y de cómo sigue habiendo Alcibíades y sus perros respectivos para desviar la atención, que es un poco de lo que habla la canción. Y que saliera "Cara de nada" como contraparte, tiene que ver porque me parece que "Cara de nada" es justamente el personaje ese que está viendo de afuera la sucesión de perros de Alcibíades. Y ya quemado con todo lo que pasa, su única respuesta a ese mundo es estar mirando con cara de nada mientras adentro está explotando.
Por eso es que dice que su único bastión es su mente, lo que está pensando, y que nunca se van a poder apoderar de eso. Esa es un poco la idea. A muchos fans les encanta ese metaverso que tiene el Cuarteto con sus auto referencias y todo, que justo en la canción de "El perro de Alcibíades" está presente. Habla de la cortina de humo para distraer, y del "miren para allá", y nosotros dijimos que íbamos a sacar esa canción, pero en realidad la canción en sí misma funcionó como una cortina de humo porque venía "Cara de nada" atrás, y eso les fascinó.
¿Hay una crítica a los medios en estas canciones?
No sé si a los medios o en general, me da la impresión de que es sobre todo lo que pasa, con y sin los medios. Es como "Maldito show", en Lámina Once, que habla también de estar ahí con un poco de ironía. También tiene eso de la parafernalia, de cómo nos envuelven en todas las cuestiones para estar participando, como dice la canción, "participar de este maldito show y estar condenados a participar de todo", como se ha hecho con el espectáculo. Pero no específicamente de los medios. Sí, también, pero no específicamente. Lo veo como algo más universal, por eso las dos canciones son como un espejo. La estética de los videoclips es la misma, y pueden convivir perfectamente.
Por Catalina Zabala
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