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Entrevistas
Dale mecha

Mesita: “Irme a Argentina me ayudó, porque en Uruguay somos un país muy tradicionalista”

El artista urbano, quien en el pasado supo colaborar con Bizarrap, analiza la música como negocio, nuestro país y su visión de la industria.

19.09.2023 18:24

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2023-09-19T18:24:00-03:00
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Por Agustín Frugoni
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Empezó a hacer música en 2018 junto con Peke 77, su compañero de la adolescencia. Con una evolución constante de su sonido y un crecimiento ininterrumpido de audiencia, Santiago David Messano, mejor conocido como Mesita, logró consolidarse dentro del género urbano, no solo de Uruguay, sino de la región. El trapero oriundo de Solymar ocupa actualmente el segundo puesto entre los artistas uruguayos más escuchados en el mundo en Spotify, solo superado por No Te Va Gustar.

Mesita mostró en los inicios de su carrera una clara tendencia hacia el trap. Sin embargo, en los últimos años, ha incursionado en el reggaetón y a la cumbia RKT. Una muestra de esto es su último lanzamiento titulado “Una foto”. La canción, que fusiona los dos géneros musicales, ha sido un rotundo éxito y supera las tres millones de visualizaciones en YouTube.

Además, el artista urbano cuenta con varias colaboraciones con los máximos exponentes del movimiento. En 2019, grabó junto al reconocido productor argentino Bizarrap la “BZRP Music Sessions #12”, que cuenta con más de 50 millones de reproducciones.

Poco después decidió irse a vivir a Argentina para darle un salto a su carrera musical. En diálogo con LatidoBEAT, habló sobre las dificultades de crecer musicalmente en Uruguay y criticó al “chip tradicionalista” de la industria nacional.

Por otro lado, también analizó la relación entre los artistas y las productoras multinacionales, y brindó su visión sobre el futuro de la escena de la música urbana en Uruguay. A su vez, explicó cómo influye el negocio a la hora de componer una canción, poniendo de ejemplo su tema “Dale mecha” que tuvo mucho éxito en TikTok.    

¿Cómo afectó o ayudó a tu carrera haberte ido a Argentina y no quedarte acá en Uruguay?

Me ayudó pila. Por un lado, en Uruguay hay un tema de que somos un país muy tradicionalista. Un país de gente vieja, gente grande que cuando algo está instaurado cuesta mucho cambiar la costumbre. Más allá de que a vos todos los jóvenes te escuchen y vos tengas tu movimiento, llegar de verdad a las plataformas grandes que hay en Uruguay es muy difícil si no te visualizás afuera. Yo acá había creado prácticamente desde cero mi movimiento con mi gente y los pibes que me seguían, pero se hacía difícil llevar a cabo la parte de volver eso un negocio. Acá las puertas del negocio están abiertas para unos pocos grupos, unas pocas bandas o personas que vienen con trayectoria de hace años y cuidan ese círculo. No dejan que entre nada nuevo, y mucho menos nada como lo que estamos haciendo. Nosotros, al ir hacia Argentina y pegar allá, nos posicionamos de otra manera. Lamentablemente, recién cuando la pegás allá, la gente de acá te empieza a valorar.

¿Qué sentís que falta para cambiar ese chip tradicionalista que hay acá? Porque las nuevas generaciones están escuchando la música urbana.

Un par de años nada más. Que estas generaciones, tanto la gente de mi generación, que tengo 24 años, como los pibes que hoy tienen 13, crezcan y sean el día de mañana los adultos consumidores de la música. Para mí se va a ir dando natural, es un cambio que, por más que acá haya una sensación de que se trata de frenar o hacer que pase más lento, naturalmente en algún momento va a pasar.

Foto: Javier Nocetti / Montevideo Portal

Foto: Javier Nocetti / Montevideo Portal

En una entrevista dijiste que, a veces, era más rentable presentarse en 30 bailes a tener un tema con 30 millones de reproducciones. ¿A qué sentís que se debe eso? ¿Te cambia a la hora de componer los temas?

En cierta medida te cambia un poco, porque, quieras o no, no le podés dejar de prestar atención al negocio. Más allá de que nosotros hagamos la música por pasión, también vivimos de esto y es la manera que tenemos de ganarnos la vida. Muchas veces cambian un poco los objetivos y cómo los tenemos que llevar a cabo con la música. Para la gente que no sabe, la música se distribuye por ciertas plataformas digitales que son YouTube, Apple Music y Spotify. Por ejemplo, cuando te aparece una publicidad en los videos de YouTube, esa publicidad pagó para salir adelante o antes de tu video. En los países como Uruguay, Argentina y otros países de América Latina, como la economía es más chica esa publicidad es más barata. Es menos lo que cobramos nosotros que un artista que está en Europa o en Estados Unidos, o mismo en Chile.

¿A la hora de componer, te sentís atado al negocio?

Uno en realidad compone de todo, pero sí a la hora de sacar la música, a la hora de: “¿Qué canción vos vas a sacar a la venta?”. Porque obviamente hacer un videoclip sale plata. Todo lo que conlleva el lanzamiento de un tema sale plata y hay muchas canciones que son hechas por amor al arte que se pierden, porque sabés que si la sacás estás poniendo guita para perderla. Te limita, porque uno tiene que acatarse un poco al negocio de acá. Por ahora el negocio que hay son los bailes, no hay otra industria musical más allá de eso. La otra industria está en formación.

Foto: Javier Nocetti / Montevideo Portal

Foto: Javier Nocetti / Montevideo Portal

¿Cómo es tu relación con las productoras multinacionales? ¿Qué pensás de ese tipo de empresa que forma parte del negocio de la música urbana?

Las multinacionales son empresas que se dedican a agarrar el producto generado de la música y venderlo de la manera más masiva posible. Como toda empresa, ya sea de cualquier rubro, siempre su estrategia es la de lograr exprimir la mayor plata posible de algo. Hoy las entiendo un poco más. Hace un par de años, me hablabas de una multinacional y yo te decía: “Son el diablo”. Hoy entiendo lo que son. Yo tengo mi camino, ellas tienen el suyo. Si en algún momento puedo hacer algún movimiento en conjunto o se plantea algún negocio, también lo puedo llegar a entender. Tampoco es que las multinacionales son lo peor que hay. El artista que hace la música por pasión, obviamente que no se va a llevar bien con una empresa que lo que quiere es explotarlo lo máximo posible.

¿Tenés cierta responsabilidad al ser el número uno de la escena urbana de tu país? ¿Sentís que de vos depende marcar el camino para otros artistas de la escena?

Sí, muchas veces siento la responsabilidad. Me considero un igual con todos los demás. No pienso que un artista por hoy en día tener menos reproducciones o ser menos conocido es menos artista que yo. Pero sigue siendo esa responsabilidad, porque con lo que yo estoy haciendo, bien o mal, siento que hay una gran cantidad de personas a las que les estoy demostrando un ejemplo de que se puede. De que si uno la lucha, por más que nazca donde nazca, se puede. Hay muchos pibes que se están inspirando de eso. Se puede ser un rol a seguir positivo para los pibes de mi generación y lo más chicos.

Volviendo al tema de tu carrera en Argentina, has tenido colaboraciones importantes. Por ejemplo, tenés temas con Duki, una “Turreo Session” y tenés una “Bizarrap Session”. ¿Cómo se dio el contacto con Bizarrap?

Yo quería conocer Argentina, y cuando tenía 3 mil pesos me sacaba el pasaje e iba como sin rumbo. En una de esa idas y venidas, estaba en el puerto de Buquebus. Yo lo seguía a Bizarrap y él me seguía, pero nunca habíamos hablado, y le respondí una historia. Resulta que él ya sabía quién era y me invitó para que vaya a ser la “Music Session”. Fue improvisado. Yo le dije: “Mirá, estoy acá yendo para Argentina”, y el resto fue historia.

Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

¿Y con Duki? Tenés una seguidilla de temas con él, como “Baby Pluto” y Punto pa mi”

Con Duki siempre se dio una relación muy natural. A él le gusta lo que yo hago y a mí me gusta lo que él hace. En el momento que nos conocimos fluyó la energía para hacer varias cosas. Cuando me fui a Argentina a vivir, hace tres años, fue el primero que me invitó y me abrió la puerta de su casa. Siempre desde un lado como persona y no tanto como artista famoso. Pedimos algo para comer, hablamos de cómo fue su vida y cómo fue la mia. La música surgió por diversión, es lo que nos gusta hacer.

¿Cuál fue la colaboración que sentís que más te ayudó a crecer, tanto en los números como artísticamente?

Creo que fue un trabajo más sostenido, no sé si hubo una colaboración que fue la que más me ayudó a crecer. El catálogo lo fuimos haciendo crecer con los años, pero hubo varios puntos importantes. La de Bizarrap fue importante, la de Duki y la “Mission 05” que hice con Alan Gómez… Yo creo que esas fueron las tres colaboraciones más importantes.

Volviendo a los inicios de tu carrera, ¿cuándo sentiste que te podías dedicar a la música como carrera?

Yo empecé con el Peke 77, que fue mi compañero de toda la adolescencia. Andábamos para arriba y para abajo y, en un momento, empezamos a hacer música para joder. Teníamos un tema que cantaba él y le dije: “Bueno, vamos a publicarlo”. Publicamos el tema, juntamos la plata para el video y explotó. Al Peke le empezó a ir tan bien de golpe que se tuvo que armar su equipo de trabajo y yo todavía no estaba seguro de si quería ser productor o quería ser mánager. Entonces le dije: “Seguí tranquilo con tu equipo de trabajo. Yo voy a ver qué hago y para dónde agarro”. Ahí fue que pensé, puedo hacer temas míos, puedo empezar a cantar, y saqué mi primer tema que se llama “Por ahí”. Es un featuring con el Peke, que a dos días de sacarlo tenía 50 mil visitas. Todo orgánico y sin publicidad. Para ese momento era impensable. A partir de ahí, no miré más atrás.

Al principio de tu carrera está claro que te centraste en hacer trap, por ejemplo, con temas como “Lolipop”. Sin embargo, últimamente has mezclado más estilos como RKT y reggaetón. ¿Qué te llevó a hacer eso? ¿Disfrutás de ir variando ritmos?

Soy una persona que se deja llevar por lo que tiene ganas de hacer en el momento. Si bien es un negocio, si tengo ganas de descubrir algo y probarme en un terreno nuevo, está bueno agarrar ese rumbo. Por un lado, tenés eso, de que siento que con el trap en su momento logré pila de cosas como colaborar con Duki, Bizarrap y CRO. Tengo un montón de temas y saqué un disco de trap. Siento que lo quería dejar descansar un poco. Por otro lado, tenés todo este negocio que hay de la música un poco más comercial y bailable, que tiene otro público objetivo. Es otra cara de la música que no es tanto para hablar cosas personales de uno, sino más para un público más amplio y con el objetivo de bailar y entretener. Lo vi como un desafío al venir del trap que no tiene nada que ver. Eso fue lo que llevó a que tenga una carrera mixta. Por un lado, tenés la gente a la que le gusta el trap y las canciones personales, y, por otro lado, tenés al público general, que no es tan fanático mío pero seguro escuchó “Dale mecha”, “Mission 05” con Alan Gómez y “Blunted 5 Remix”.

Hablás de que tenés temas que son más personales y otros que no tanto. ¿En qué te inspirás a la hora de componer esos temas?

Los personales ni siquiera los compongo, los improviso. Me manda la pista mi productor, Rodri Molina, que es el mismo que compone los otros temas, y ahí los saco. Los temas personales son un descargo mío, un desahogo o algo que yo estoy viviendo. Me sale solo, no me pongo a pensar en que voy a hacer una canción. Me pongo en el micrófono, empiezo a decir cosas, y cuando las empiezo a ensamblar terminan en una canción. La música comercial tiene otra manera. Para esas canciones me siento y pienso: “Acá quiero decir esto, acá quiero decir lo otro”. De repente pienso partes para que se peguen en TikTok. La música comercial está hecha de una manera estratégica.

Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

¿Qué objetivo tenés en tu carrera a futuro? ¿Te gustaría hacer una colaboración con alguien en especial?

Colaboración en especial no tengo ninguna, pero objetivos a futuro tengo varios. Uno es poder entrar en la escena musical internacional, que es algo que de a poquito se va dando. Ya estamos sonando en Uruguay, Argentina, Chile, España y México. Quiero tratar de entrar en lo que es la escena internacional y seguir creciendo en ese rubro. Además, tengo otro objetivo, que es lograr algo que quede para la historia en Uruguay. Por ejemplo, llenar un Antel Arena con canciones de música urbana.

¿Cómo ves a la escena de la música urbana en Uruguay de acá a futuro?

Hay mucho talento. Se tendrían que abrir un poco más las puertas para que los artistas independientes que están saliendo de abajo puedan tener la posibilidad de ganar plata de la música. La industria que hay no avala la música que hacemos nosotros. Venimos un par de años atrasados con lo que pasa acá al lado en Argentina. Muchas veces los pibes hacen música, pero se les pasa la vida y no pueden ganar un peso. El negocio se tendría que abrir un poco más. Si vos agarrás en la calle a cualquier pibe y te fijás qué escucha en Spotify, seguro que escucha los temas que hacemos nosotros. Falta que los pibes puedan ganar su plata y no dependan de irse a Argentina. Eso es lo que tendría que pasar para que el género urbano se ponga a la par de lo que pasa en Argentina y Chile, que nos llevan diez años luz porque están exportando artistas para el género internacional. Hay que apoyar lo de acá, no echarlo para atrás y decir: “Vamos a seguir con los mismos que venimos hace 50 años”. Es una oportunidad que tenemos para salir al mundo, así como salimos con el fútbol.

Por Agustín Frugoni
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