Argentina durante las décadas de los 80 y 90 fue tierra fértil para el nacimiento de bandas musicales. Nombres como Sumo, Soda Stereo y Los Abuelos de la Nada encabezaron la lista de agrupaciones que patearon el tablero.
Entre ellas —no hace falta aclararlo— se encontraba Virus. Los sintetizadores, el cuidado estético, un frontman magnético y etéreo como Federico Moura y la transgresión como bandera fueron los ingredientes de la receta explosiva que tuvo como resultado a una de las bandas más influyentes del new wave y pop rock de la región.
La picardía de Agujero Interior (1983), con canciones como "El probador", el frenesí de Locura (1985), la naturaleza lisérgica de Superficies de placer (1987). Virus escandalizaba y atraía en mismas proporciones, en tiempos donde hacerlo podía traer consecuencias irreversibles.
En 1988, la tragedia se hizo presente con la muerte de Federico. No sería la única agrupación de las anteriormente mencionadas que sufriría una pérdida. Meses antes, Miguel Abuelo, vocalista de Los Abuelos de la Nada, y Luca Prodan, figura estrella de Sumo, habían fallecido.
"La obra trascendió más allá de nosotros y siguió sonando", dice Julio Moura, en entrevista con Latido BEAT. Virus se mantiene vigente. Es, incluso, una gran influencia de múltiples bandas y artistas de la actualidad. Desde 2021, la banda ha dicho presente en múltiples festivales y presentaciones.
Este 24 de agosto, Virus se presenta en La Trastienda. Las entradas pueden adquirirse aquí.
Después de tantos años, y tras haber perdido a Federico, ¿cómo lograron tomar la decisión de continuar?
Fue algo muy difícil para nosotros. En lo personal, no solo perdí a un hermano, sino que también se murió la persona con quien hacia todas las canciones y con quien empezamos esta historia. Entre todos, en realidad, pero él como parte no pudo llegar, en su mejor momento, muere. El tema es que, y un poco es el sentido de lo que estamos haciendo y compartiendo con la gente, la obra trascendió más allá de nosotros y siguió sonando. Nos debemos a eso y estamos representando toda esa historia, interpretándola muchos años después, lo cual es un privilegio. Te imaginarás que fue muy difícil, nunca fue fácil.
Virus es una banda que fue hija de su tiempo y nació con un espíritu contracultural. Sin embargo, se supo mantener vigente en el tiempo y ahora viven un nuevo auge. ¿Cómo transitan este momento?
Es la trascendencia de la obra y lo atemporal que es la música. Empezamos en plena dictadura, diciendo un montón de cosas que no le gustaban al gobierno, y tampoco les gustaban a las bandas de acá porque eramos muy distintos. Fue una batalla desde el comienzo, pero teníamos mucha energía, mucha necesidad de decir y expresar las cosas en un momento en el que expresarse estaba censurado. Eso nos mantuvo muy firmes y por eso continuamos. Después, pasa lo que pasa con Federico y yo me entrego totalmente a esto. Es lo que hago y lo que amo. Ya vive en la gente y es maravilloso.
La historia familiar de los Moura está marcada por una tragedia relacionada a la dictadura. ¿Cómo lograron enfrentarse a ese sistema sin sentir miedo?
Naturalmente estás expuesto, hagas algo o no. Nosotros consideramos que, a través del arte y de la música, podíamos expresarnos, como bien dijiste vos, desde un lugar contracultural. La música, la cultura y el arte han tenido siempre ese contrapeso social que ha generado muchísimas cosas. En nuestro caso, cuando salió el tercer disco ya estábamos en democracia. La gente salió a la calle, que era lo que nosotros proponíamos en las letras. No estoy diciendo que nosotros generamos todo eso, pero es una transformación y el arte es eso, está en continuo movimiento.
En la actualidad, hay fanáticos de Virus que son de diferentes generaciones.
Eso es maravilloso. Esta nueva etapa se la planteé a los chicos porque quería compartirlo con la gente, con la que siempre nos quiso y nos siguió. Pero la experiencia que estamos teniendo es de ver a tres generaciones, es decir, a gente de nuestra edad o mayor, a sus hijos y a sus nietos. No solo es emocionante, sino que ellos mismos, en declaraciones en las redes sociales, cuentan cómo van con sus hijos y se emocionan. Si uno siente que puede transmitir ese tipo de cuestiones y movilizar, es maravilloso y también es un privilegio.
También hay bandas emergentes que se refieren a ustedes como una gran influencia.
Eso es algo que yo lo sé por ellos, no lo digo yo. Lo hemos notado, y lo notamos cada vez que vamos a festivales y nos los cruzamos, hay un afecto muy lindo. El mismo que tuvimos nosotros cuando empezamos, tanto con Charly [García], como con Luis Spinetta o Gustavo Cerati. Estamos hablando de que la vida es así, va y viene, la gente desaparece y hay que seguir. Es muy difícil, a veces, tratar de dar explicaciones de por qué uno está donde está cuando, en realidad, uno está haciendo lo que siempre hizo.
Cambian las situaciones y hay realidades que hacen que haya más o menos interés. Yo antes de empezar en este proyecto, hice un disco solista. Lo hice por una cuestión casi que mía, está en las redes, pero de manera muy clandestina. Yo sigo componiendo, ahora tengo 15 canciones que estamos pensando en hacerlas. Pero, de cualquier manera, la gente se sigue identificando con aquellas canciones. Es como que le digas a Paul McCartney que no cante "Yesterday".
¿Qué has aprendido en tus años de trayectoria musical?
Me siento un privilegiado, porque hay mucha gente con talento que, por una razón u otra, no puede llegar porque es un camino muy difícil. Tenés que pasar barreras permanentemente, sostenerte, algo que a veces, en términos económicos, es muy difícil. Pasás por distintas situaciones, malas, regulares o buenas, y mantenerte es muy difícil. A esta altura de mi vida, después de tantos años, me siento un privilegiado y soy muy respetuoso a la hora de hablar de otros, porque entiendo que hay muchos chicos con mucho talento que no pueden, y hay que tenerlo en cuenta eso.
¿Cómo están de cara a su visita a Uruguay?
Muy entusiasmados porque no hemos ido muchas veces a Uruguay. Es extraño porque, desde que empezamos, fuimos dos veces, nomás. Yo el otro día hablaba con un amigo de allá y le decía que viajé muchísimas veces a La Paloma, El Chuy y siempre decía, "qué lindo sería tocar acá".
Considerando que no han venido tantas veces, ¿qué expectativas tienen del público uruguayo?
La expectativa no la tengo con el público, sino con el show, para brindarlo de la mejor manera. El show en vivo es algo que nosotros siempre disfrutamos mucho y la esencia del grupo está ahí, en vivo. La expectativa está en qué vamos a dar nosotros y, en función de eso, veremos qué pasará con la gente. No soy de crearme expectativas con la gente porque son cosas que se dan en el momento.
En términos del sonido en vivo, ¿han modificado arreglos? ¿Qué tan diferentes se escuchan las canciones en comparación con las versiones de estudio?
Relativamente, porque hemos pasado por hacer temas con distintas versiones. Hoy estamos haciendo una retrospectiva de la historia bastante literal, pero ningún show es igual a otro. Yo no toco nunca lo mismo. A veces, me retan porque improviso y me equivoco, pero es parte de lo que yo quiero y de lo que a mí me gusta. Cada show es un mundo diferente, sino sería muy aburrido.