El 6 de abril de 2021, después de 15 años, Gonzalo Deniz enterró a Franny Glass. Hacía tiempo que no le convencía y la pandemia fue el momento propicio para el cambio: aprovechó el parate en el que la cultura se apagó para encarnar la transición.
Así, ese nombre que eligió cuando tenía 21 años y hacía referencia a un relato de JD Salinger, llegó a su fin. En sus redes sociales, Deniz escribió: “En abril de 2021 me sentía cómodo con Franny. El conflicto de identidad no me quitaba el sueño. Pero una noche, Tamara, mi pareja, soñó que me presentaba en vivo con el nombre verdadero, el de la cédula. Me lo comentó al pasar, y esa idea se plantó y comenzó a crecer”.
En 2022, por primera vez en su carrera, Deniz vio su nombre real en la tapa de un disco, en Mientras tanto, en Montevideo, un cancionero de 18 temas que refleja una curaduría de la historia Franny Glass y canciones inéditas. Entonces, Deniz les dio a sus canciones una versión final, para esa despedida esperada, que le dio libertad.
Al disco lo pensó como si fuera un concierto, seleccionó cuáles de todas sus canciones lo representan, cuáles quería tocar. “Es un híbrido entre lo que he hecho y tengo que hacer”, dijo Deniz, quien también aseguró que nunca le interesó grabar un recopilado de temas, porque su “impulso siempre fue de seguir adelante”.
El sábado 10 de setiembre a las 20:30, Gonzalo Deniz presentará (por segunda vez) ese disco que lleva su nombre y el de la ciudad en el Teatro Solís. En ese “gran evento” que cierra todo, pero que abre un nuevo comienzo.
¿Cómo te sienta ser solo Gonzalo Deniz?
Todavía se siente raro, porque aunque para mí Franny Glass era el nombre del proyecto, al haber estado 15 años tocando, inevitablemente, mucha gente lo asocia a mi persona. Desde que lo comuniqué pasaron meses. El proceso de este disco y de esta presentación fue todo bastante rápido. Si bien yo estaba trabajando en lo próximo que iba a hacer, la idea esta de un cancionero bajo mi nombre es reciente, si lo comparamos el tiempo de trabajo con otro nombre. Después de 15 años de decir por qué Franny Glass, ahora tengo un tiempo para decir por qué Gonzalo Deniz.
¿Extrañás algo de Franny Glass?
Para mí es una continuación. Dentro de Franny Glass, disco a disco, yo iba respondiendo a distintas inquietudes, distintos tipos de arreglos e ideas acerca de las letras. Entonces es como un siguiente paso, solo que viene cargado de esto. Hace como unos 10 años que pensaba que tal vez estaba bueno cambiar el nombre. Pero siempre optaba por la continuidad, por decir: “Bueno, ya hay gente que conoce el nombre Franny Glass, esto es como despistar a esas personas que de repente les interesa lo que hago”. No tanto a nivel local, aunque también sucede, sino por haber tocado en distintos países y de presentar mis canciones en otros lugares que no voy tan seguido. Era como haber dejado una semilla y empezar de nuevo, eso fue lo que siempre de alguna manera me detuvo. Lo de extrañar Franny Glass puede traducirse en esas consecuencias negativas que puede tener el cambio de nombre, están más en relieve. Como ahora, en la previa de que saliera el disco, yo estaba sosteniendo esta idea del proyecto con mi nombre, pero todavía no había nada que lo estuviera soportando. Ahí me empezó a venir cierta ansiedad y fastidio, de haber retrocedido esos casilleros.
¿Sentís que retrocediste?
No, ahora que salió el disco no sé si retrocedí, pero siento que por lo menos la sustancia está ahí arriba de la mesa. No es algo que de lo que yo estoy hablando y que nadie puede comprobar.
El cancionero tiene canciones de Franny Glass, de alguna manera, te debe de respaldar.
Sí fue una transición que yo decidí hacerla como yo lo sentía. Porque en un momento lo planteaba: "Bueno o sigo con Franny Glass, por más de que haga estas canciones nuevas, o voy a ser Gonzalo Deniz y tiene que cambiar todo". Tocar con otros músicos, otra estética. En un momento dije, sería más forzoso o continuar con algo con lo que ya no me identifico, que era el nombre, o decir ahora me visto diferente y soy otra persona. Entonces me parecía que era más como reunir lo que he hecho dentro de un álbum con determinada estética, para que sirviera como plataforma para seguir haciendo lo que vengo haciendo, seguir ese camino.
¿Qué sentiste cuando viste este disco y tenía tu nombre?
Al principio sentía que no tenía un nombre de cantante, capaz si me llamaba Sergio… —ríe—. No sentía que tuviera un nombre artístico interesante, no sé por qué. Así nació Franny Glass, me puse un nombre de un personaje de un libro. Las primeras veces que vi el afiche con mi nombre me gustó. Desde chico quería dedicarme a la música y desde el momento que empecé a publicar música era Franny Glass. Y ahora, de repente, soy Gonzalo Deniz. Entonces, sigue siendo muy extraño para mí, lo debe ser para las personas que escuchaban Franny Glass.
En Mientras tanto, en Montevideo retomaste canciones que habías empezado y nunca terminaste. ¿Cómo fue ese proceso?
Yo tenía interés de que no quedara como algo solamente recopilatorio y retrospectivo. Por eso también las canciones nuevas tienen un peso importante en el disco, es la primera vez que en cierto trayecto me detengo y miro hacia atrás, no lo había hecho hasta ahora, entonces afloraron algunas cosas a nivel consciente y a nivel inconsciente.
¿Nunca habías mirado para atrás?
Me gusta ver la discografía, no suelo escuchar los discos, lo hago mucho antes de que salgan y unos días después de que salen, o cuando se los regalo a alguien que me interesa lo que opina. Hago el ejercicio de escucharlos en mi mente.
Para mí tiene que ver con eso, cómo conectar con las antenas hacia determinados lugares. Voy muy seguido a almorzar a casa de mis padres y poco después de grabar el disco me pasó de ir y de salir a caminar por el barrio, que por ahí pasé mil veces, pero como que veía otras cosas que antes no veía. Por ejemplo, a la vuelta hay una cancha de pádel, donde yo toqué uno de los primeros toques y esas cosas que antes las tenía como tapadas, el hecho de estar grabando cosas viejas. O la vista de la casa de mis padres, que yo siempre me había imaginado que iba a ser la contratapa de un disco. Cosas que me había olvidado, empezaron a aparecer de vuelta. Pero la verdad que lo que más me entusiasma de este disco son las canciones nuevas. En realidad, está todo eso y sirvió como base para para componer otras canciones.
Ahora que tenés 12 discos editados, ¿te sentís más libre al componer y al escribir?
Sí, siento que con el último disco de Franny Glass, Canciones de amor para el fin del mundo, le di un cierre a determinado tipo de canción que con intermitencias había estado explorando en toda la discografía. Darle cierre a Franny Glass me dio mucha libertad. Cuando decidí cambiarme el nombre para empezar a usar el mío lo que más sentí fue libertad creativa, como que podía hacer cualquier cosa.
¿Antes te sentías más atado?
Siempre respondí más a mis inquietudes que a lo que creía que debía hacer, pero estaba esa idea de trayecto, de lo que había hecho, que todavía la hay y el disco lo trae a tema. Pero sentía que podía hacer cualquier cosa, que podía llevarlo para cualquier lado. Yo siempre compongo de a álbumes, no suelo hacer canciones sueltas, sino que hago un pedacito de una canción y de otra. Lo que te decía, eso de no mirar atrás, pero sí de ver por dónde había estado y hacia dónde podía ir. De alguna manera, lo que hiciste, termina siendo una influencia de lo que vas a hacer. Ya sea por querer alejarte de eso o por querer repetirlo. La discografía de Franny Glass pasó a ser una unidad cerrada con ese disco. Entonces, ahora, lo que podría hacer ya gravitaba como discografía y no tanto como el disco anterior.