La crisis del 2001 partió a la historia argentina en dos. Fue el precedente de la crisis de 2002 en nuestro país, y ambas sacudieron los cimientos de la economía rioplatense. Hoy, más de 20 años después, todavía se perciben sus rastros.
Ante una situación de tal magnitud, con un panorama desolador grave y la masificación de un humor desesperado, cada uno se abraza a lo que más le resuena. Aquello que le permite mantenerse a flote cuando parece que todo se desmorona. Porque vivimos para la esperanza de que un día la tormenta se termine. Es por esto que "Color esperanza" no podría haber sido lanzada en otro año que no fuera 2001. La crisis puso a Diego Torres en la cúspide del panorama musical, como resultado de un sentir colectivo que respondía a un momento determinado.
En un estado de desorientación generalizado, la población necesitaba esta esperanza. Necesitaba poder "quitarse los miedos" que tanto pensaban en sus mochilas cuando intentaban mirar hacia el frente. Hoy esta canción es un emblema, así como el hombre que la sacó a la luz del sol.
Un importante escalón en los primeros años de su carrera fue su papel en la telecomedia juvenil La banda del Golden Rocket (1991) en la que, junto a Adrián Suar y Fabián Vena, daban vida a tres primos jóvenes que no se recordaban, pero que se reencuentran con el motivo de cobrar la herencia de su abuelo. Un viejo Oldsmobile Golden Rocket 88 modelo '57. El auto clásico uniría sus vidas y, fuera de la pantalla, este proyecto unía a Torres con un público de fanáticos incipiente, y le daría paso a una larga carrera entre escenarios y sets de grabación
La coincidencia de un momento de la historia tan particular y el auge de la carrera de Diego Torres no fue lo único que le abrió la puerta hacia el éxito. Hijo de Lolita Torres, parece haber heredado un lenguaje común en clave de arte, el cual comparte con varios de sus familiares. Los Torres en Argentina son más de uno. Y parece ser que cada generación se identifica con uno de ellos, respondiendo a una coyuntura determinada. Su hogar parece ser una suerte de invernadero para el talento, donde los artistas no parecen querer desaparecer. Desde su madre hasta su sobrina de 26 años, Ángela Torres, cada generación se vio influenciada por un artista de esta familia que, aunque quizás respondan a diferentes vivencias y contextos, resulta inevitable pensar que hay algo que los une a pesar de su lazo familiar.
Más de 20 años después del lanzamiento de aquel hit que definía una identidad coyuntural, Diego Torres vuelve a presentarse en Uruguay para la presentación de su nuevo álbum Mejor que ayer. El show tendrá lugar en el Antel Arena y las entradas pueden adquirirse aquí.
Pero además de la presentación del álbum, la gira propone un viaje a través de toda su carrera, rememorando los diferentes momentos compartidos con su público. En entrevista con Latido BEAT, Diego Torres destacó que habrá "momentos a pleno con la banda", pero también momentos más acústicos.
Se trata del resultado de un largo tiempo de trabajo. El broche que cierra dos años de trabajo en Mejor que ayer, con todo lo que conlleva la composición de un álbum. Hoy, con perspectiva, Diego Torres asegura que se encuentra "feliz con la respuesta que la gente le ha dado a estas canciones nuevas", y con ansias de compartirlo en vivo en Uruguay.
La carrera de Diego Torres no se limita a la música. También es actor, y ambos mundos conviven en él de manera constitutiva. "Yo siempre me manifesté como un artista integral. De esa manera digo que soy tan cantante - músico como actor, y así me he desempeñado en ambas áreas", explica. Frente a la pregunta sobre sus sentimientos frente a una u otra área, expresa que no se siente cómodo eligiendo, y que su pasión se deleita en ambos terrenos: "Disfruto con la misma pasión de hacer mis dos oficios, disfruto de las diferencias entre los dos. La música tiene otro lenguaje, y otro sistema de trabajo de equipo.
Destaca también cuáles son esas diferencias en el ejercicio de ambos trabajos, y como termina siendo esa dinámica: "Cuando trabajo como actor me brindo a una producción, y trabajo como uno más dentro de otro sistema de trabajo. Eso por un lado, en la parte laboral, y después en la parte expresiva me encanta poder manifestarme en las dos áreas".
Las carreras de los artistas se van transformando con ellos. Y, lógicamente, la etapa de madurez de Diego Torres no es la misma a la de sus comienzos. Diego Torres entiende estos cambios en clave de vivencias vitales. Para él, los momentos que el artista atraviesa definen quién es él, en qué artista se convertirá, y cómo lo plasmará en sus obras: "Hay veces que en la vida vas atravesando momentos buenos, y también momentos malos, y son momentos personales que uno tiene que afrontar, enfrentar, crecer, aprender. Mientras tanto vas haciendo discos, vas haciendo canciones que reflejan cosas que te van sucediendo en la vida, y que identifican a mucha gente que le pasa lo mismo".
Destaca la importancia que conllevan las oportunidades de aprendizaje, tanto a nivel artístico como personal: "De todo se aprende, creo que se aprende mucho más de los errores, y es en esos momentos difíciles que uno tiene que atravesar esos lugares en los que se crece, y se aprende a llevar adelante la vida".
Su hogar respira creación. Torres lo atribuye a un legado materno, que dio lugar a una especie de lenguaje familiar. A su vez, destaca la doble faceta de músico y actor que comparte con su madre, cosa que vive como un honor. "Mi familia se ha criado con el arte, con la música y con la actuación, porque mamá también se ha desempeñado en las dos áreas, así que nos criamos con el arte en casa, y es un poco el lenguaje en nuestra familia". Recuerda la presencia de sus sobrinos en el panorama musical y en la actuación, e incluso también en la escritura.
Su gira de este año incluye varios países de Latinoamérica, e incluso fechas en ciudades españolas.