Diez canciones es poco. Es poco si ponemos un promedio de tres minutos de duración por tema, y llegamos a los treinta minutos. Es poco para el fin de semana, que contiene 2.880 minutos, si incluimos solo el sábado y el domingo. Diez canciones es, entonces, el 1,04%. Por eso, es evidente que la intención no es que esta playlist se repita de manera incesante durante el fin de semana. Su intención es, más bien, que sirva de referencia para hacer un recorrido cultural tanto por discos como por películas. Que sirva, entonces, como faro cultural al cuál referirse estos próximos días, previos al lunes. Y después también. 

Esta playlist es parte de esta nueva propuesta que tenemos en LatidoBEAT, la de compartir música que nos transite por caminos que conocemos y que no conocemos, que nos transite por personas y por grupos de personas que no conocemos y que conocemos, por vínculos culturales que conocemos y que no conocemos. Entonces, el recorrido tiene que ver con cultura local, uruguaya, y con cultura extranjera. Desde lo argentino, hasta lo americano y lo europeo. 

Tiene que ver, seguro, con un gran estado de ánimo, con una excitación por recomendar grandes piezas musicales que, además, se han convertido en grandes partes de piezas audiovisuales. Que se han convertido en gran parte del cine. Tiene que ver con la inocencia de un niño que le cuenta a otro algo increíble que le pasó. En este caso, esta niña contándole a los lectores de LatidoBEAT que se cruzó con todo esto, que vio todo esto, que escuchó todo esto. 

No podré dejar de agradecer a una persona que funciona como punto medio entre esto y aquello, entre cine y música. Él, que es director de cine en Uruguay y que se llama Fabián Rojas, se ocupó de mostrarme gran parte de todo lo que verán aquí.