La tercera es la vencida dicen, no la final. Esperamos que, al menos, Beatniks llegue a fin de año. Pero el programa número tres sí fue victorioso; el mar estuvo tranquilo y la embarcación bien timoneada. No nos cansaremos de esta metáfora.
Instafest fue el puntapié para comenzar la conversación al aire. Hablamos de la grilla del festival ideal que la aplicación creó junto con Spotify basado en la actividad de escucha de cada usuario. Soñamos al aire, por así decirlo. También repasamos dos escenarios del fin de semana. Sylvia Meyer estuvo en el Teatro Solís y ofreció un concierto en clave teatral. Tres actrices estuvieron sobre el escenario, quizás tres Sylvia en escena. Meyer es una artista misteriosa, ¿Quién? es el nombre de su último disco. Además, allí hubo un hombre en quietud, narra la cronista, dejando a las mujeres hacer. El otro escenario fue el del Estadio Centenario, donde Jaime Roos presentó Mediosiglo por segunda vez, pero ahora para despedirse de ese proyecto que, de alguna forma, volvió a traerlo a la vida a fines del 2022. Las mismas canciones, en el mismo orden y en el mismo escenario, pero un año después. Hasta luego, Jaime. ¿Volverá con nueva música?
Hasta ahí, la embarcación ya navegaba sin problemas. Pero Beatniks #3 terminó de vencer con su primer invitado de la historia. Diego Paseyro se acomodó en el caluroso estudio de Ciudad Música y esperó a que llegase su momento de explicar por qué el VAR es el dispositivo represor del fútbol que refleja el mundo policíaco que habitamos. El profesor de filosofía, escritor y ahora también columnista de LatidoBEAT presentó su tesis y la defendió al aire.
Con relación al VAR, sostiene que “en la sociedad ya hay dispositivos similares que hemos reclamado o aceptado. Creemos que nos otorgan un beneficio”. Se refiere a la teoría del biopoder, a Foucault, a Leviatán; un paneo filosófico de la sociedad a través del fútbol.
Como cualquier conversación en la que conjugan diferentes miradas, el debate beatnik zarpó hacia varias aristas: movimientos sociales contemporáneos, productividad, autores, justicia y el control. Entonces, tocamos puerto en lo obvio: no existe una sola conclusión.