Por Pancho Pastori de Casa Arbus | @casaarbus
No conozco personalmente a nuestra entrevistada de hoy. Sería prácticamente imposible hacerlo, pero su trabajo fotográfico y su historia me han llegado profundamente.
Una fotógrafa uruguaya de 44 años que vive en el barrio de Malvín. Su enfoque en la fotografía es íntimo y personal, centrándose principalmente en capturar momentos de su familia y amigos. No existe en las redes sociales, pero ha encontrado maneras únicas de compartir su visión del mundo, principalmente a través de foto libros impresos en ediciones limitadas.
Su pasión por la fotografía comenzó como una extensión de su amor por la psicología. Vivió en Madrid hace 10 años, una experiencia que enriqueció su perspectiva y su trabajo. Utiliza una cámara analógica con un lente de 35mm, lo que le permite capturar la esencia de los momentos con una autenticidad y una calidez que las cámaras digitales a menudo no logran. A través de sus proyectos fotográficos, explora temas como el juego y la representación de conceptos generales a través de imágenes particulares.
Los invito a leer la entrevista a Ana Sofía Martínez y al final reflexionar brevemente sobre ella.
¿Cómo empezaste en la fotografía y qué te inspiró a seguir este camino?
Empecé en la fotografía cuando era adolescente. Siempre me llamó la atención la capacidad de una imagen para capturar un momento y contar una historia. Mi primer acercamiento serio fue con la cámara analógica de mi padre, una vieja Nikon que aún conservo.
Después seguí en este camino motivada por la combinación de mi amor por las artes visuales y mi interés en la psicología. La fotografía me permite explorar y expresar emociones, relaciones y momentos efímeros de una manera que otras formas de arte no pueden. Además, el proceso de fotografiar, revelar y finalmente ampliar mis fotos me resulta profundamente gratificante y terapéutico. Cada foto es una ventana a un recuerdo, a una emoción, y poder compartir eso con los demás, aunque sea de manera limitada, es algo que me llena enormemente.
¿Cómo definirías tu estilo fotográfico y por qué?
Como íntimo y lúdico. Me gusta capturar la esencia de los momentos cotidianos y las relaciones cercanas, especialmente con mi familia y amigos. La intimidad en mis fotos proviene de la confianza y la comodidad que siento con mis sujetos, lo que me permite captar expresiones y emociones genuinas.
El componente lúdico siempre está en mis proyectos, y encontrar la belleza en lo simple y lo cotidiano, y representar conceptos más amplios a través de pequeños detalles particulares.
Prefiero la fotografía analógica porque me obliga a ser más consciente y deliberada con cada foto. El proceso de revelar y ampliar mis propias fotos le da una capa de autenticidad y conexión personal con mi trabajo, algo que considero esencial en mi estilo fotográfico.
¿Cómo elegís tus sujetos o temas?
Elijo mis sujetos y temas principalmente basándome en la conexión emocional que tengo con ellos, y en la capacidad de transmitir una historia o concepto a través de las imágenes. Como dije, mi familia y amigos suelen ser los protagonistas de mis fotos, porque representan la intimidad y la autenticidad que busco capturar.
En cuanto a los temas, me atraen aquellos que tienen un componente de juego y exploración. Me gusta tomar ideas abstractas o conceptos generales y representarlos de manera concreta y particular a través de mis fotos. Por ejemplo, podría explorar la idea de la memoria tomando fotos de objetos cotidianos que evocan recuerdos específicos, o algún sentimiento particular en base a juegos, como esconder la cara o presentarse de cierta manera frente a la cámara.
La elección de mis temas también está influenciada por mi formación en psicología. Me interesa cómo las emociones, las relaciones y las experiencias humanas se pueden reflejar y explorar a través de la fotografía. Por eso, mis proyectos suelen tener un enfoque introspectivo, buscando revelar algo más profundo sobre la condición humana a través de escenas aparentemente simples y cotidianas.
¿Cuál consideras que es tu proyecto/foto más significativa hasta ahora y por qué?
Hasta ahora, el proyecto más significativo para mí es uno que hice con mi hijo, titulado Pequeño guerrero. En este proyecto, fotografié a mi hijo en diversos momentos cotidianos mientras llevaba puesto un casco de cartón. Las imágenes son sencillas y naturales, capturadas en casa o en el parque, pero llevan un mensaje profundo sobre la necesidad de protección y seguridad que los niños a veces sienten frente al mundo.
La idea surgió un día mientras jugábamos, y él se puso un casco de juguete ante diferentes situaciones. Me di cuenta de cómo ese pequeño acto reflejaba su instinto de resguardarse en ciertas situaciones, y me hizo pensar en cómo los niños, aunque parecen despreocupados y felices, también tienen sus propios miedos y momentos en los que necesitan sentirse protegidos.
La serie es significativa para mí no solo por su contenido emocional, sino también porque me permitió conectarme más profundamente con mi hijo y entender mejor sus necesidades y su mundo interior. Este proyecto me recordó la importancia de estar presente y consciente como madre, y de proporcionar un espacio seguro para que mis hijos puedan expresar sus emociones y sentirse protegidos. Luego repetimos esto en otras series
¿Cómo influyen tus experiencias personales en tu trabajo fotográfico?
Mis experiencias personales tienen una influencia profunda en mi trabajo fotográfico. Cada foto y proyecto que realizo es un reflejo de mis vivencias, emociones y perspectivas.
La experiencia de haber vivido en Madrid también ha dejado una marca significativa en mi trabajo. Durante ese tiempo, tuve la oportunidad de conocer diversas culturas y formas de vida, lo que amplió mi visión del mundo y mi sensibilidad artística. Madrid me enseñó a apreciar la diversidad y la riqueza de las experiencias cotidianas, algo que trato de plasmar en mis fotos.
Ser madre es otra experiencia que influyó enormemente en mi fotografía. A través de la lente, he capturado momentos preciosos y efímeros de mi hijo creciendo. Estos momentos me hicieron más consciente de la importancia de la intimidad y la autenticidad en mi trabajo.
¿Qué fotógrafos/as o artistas influyen en tu trabajo?
Diversas fotógrafas y artistas han influido en mi trabajo a lo largo de los años, inspirándome con sus estilos y enfoques únicos, por citar a algunas: Vivian Maier, Sally Man y Francesca Woodman.
¿Cómo es tu proceso creativo, desde la idea hasta la captura final (o finalización del proyecto)?
Mi proceso creativo comienza con una chispa de inspiración, que puede venir de cualquier lugar: una experiencia personal, algo que leí, o un momento cotidiano que me llamó la atención. Siempre llevo un cuaderno conmigo para anotar ideas y bocetos que se me ocurren.
Cuando una idea se queda conmigo, empiezo a investigar y planificar. Me sumerjo en el tema, busco referencias y pienso en cómo quiero abordarlo, pero en la o las sesiones fotográficas es donde la magia sucede. Me gusta trabajar de manera espontánea, permitiendo que los momentos fluyan naturalmente, por lo que dejo que lo planificado solo quede en mis ideas y no que sea un manual de paso a paso.
Después de la sesión, revelo las fotos en mi cuarto oscuro. Este paso es especial para mí porque me permite conectarme aún más con mi trabajo. Luego, selecciono las imágenes que mejor cuentan la historia que quiero transmitir, y hago ajustes menores si es necesario.
La presentación es una parte crucial de mi proceso. Prefiero hacer foto libros porque me permiten crear una narrativa visual coherente y tangible. Imprimo solo unos pocos ejemplares, cuidando cada detalle para asegurarme de que cada libro sea una pequeña obra de arte, si se los puede llamar así.
¿Cómo manejás los desafíos técnicos o creativos en tus proyectos/fotos?
Trabajar con fotografía analógica tiene sus propios retos, especialmente en el revelado. Si algo no sale como esperaba en el cuarto oscuro, reviso mis pasos para ver qué puedo mejorar. La práctica y la experiencia ayudan, pero siempre hay algo nuevo que aprender.
En cuanto a los desafíos creativos, todos pasamos por bloqueos de vez en cuando. Cuando me siento estancada, cambio de entorno, salgo a caminar, visito una galería de arte o hablo con amigos para obtener nuevas perspectivas. También trato de mantenerme flexible durante las sesiones fotográficas. Si el clima cambia o mis sujetos no se sienten cómodos, adapto mi enfoque y busco aprovechar los momentos inesperados, que a veces resultan en las mejores fotos.
Más allá de lo que hagas habitualmente, ¿preferís trabajar con luz natural o artificial y por qué?
Prefiero trabajar con luz natural porque me encanta la calidad y la autenticidad que aporta a las fotos. La luz natural tiene una calidez y una variabilidad que no se puede replicar fácilmente con la luz artificial. Además, trabajar con luz natural me conecta más con el entorno y me obliga a ser más creativa y adaptativa según las condiciones del momento.
¿Cómo seleccionas las imágenes que exhibís o que forman parte de un proyecto?
Seleccionar las imágenes para exhibir o para formar parte de un proyecto es un proceso muy personal y reflexivo. Primero, reviso todas las fotos que tomé, buscando aquellas que realmente capturan la esencia de lo que quiero transmitir. Me enfoco en las imágenes que evocan una emoción fuerte o que cuentan una historia de manera clara y poderosa.
Busco coherencia en el estilo y la narrativa. Quiero que cada imagen no solo sea fuerte por sí misma, sino que también contribuya al conjunto del proyecto. A veces, una foto que me encanta individualmente no encaja en la narrativa global, y tengo que dejarla fuera. Es un proceso de equilibrio entre lo estético y lo narrativo.
¿Qué equipo fotográfico es esencial para vos y por qué?
Mi equipo fotográfico esencial incluye mi cámara analógica y mi lente de 35mm.
El lente de 35mm es mi favorito porque ofrece una perspectiva natural que se asemeja mucho a cómo vemos el mundo con nuestros propios ojos, algunos podrían decir que es más el 50mm, pero yo creo que veo en 35mm. Es versátil y me permite capturar tanto retratos íntimos como escenas amplias, lo cual es ideal para mi estilo de fotografía, que se centra en momentos cotidianos y la interacción humana.
¿Cómo ves el futuro de la imagen en tiempos de inteligencia artificial?
Lo veo como un campo lleno de posibilidades y desafíos. Por ejemplo, la inteligencia artificial puede ayudar a mejorar la calidad de las imágenes, eliminar imperfecciones y hasta sugerir composiciones más atractivas en nuevos dispositivos.
Sin embargo, creo que siempre habrá un valor especial en la fotografía hecha con un enfoque humano. La conexión emocional, la intuición y la experiencia personal que un fotógrafo aporta a su trabajo son elementos que no pueden ser completamente replicados por una máquina o eso imagino yo al menos. Tal vez si le damos toda la información de como sea una persona, hasta yo podría ser una creación de inteligencia artificial.
¿Qué foto icónica de la historia te hubiera gustado hacer a vos?
No sabría decirlo.
¿Cómo considerás que la fotografía puede influir en la cultura y la sociedad?
Creo firmemente que la fotografía tiene un poder inmenso para influir en la cultura y la sociedad. Las imágenes pueden captar momentos cruciales, contar historias profundas y provocar emociones fuertes, lo que a menudo puede llevar a un cambio en la percepción y la conciencia colectiva.
Por un lado, la fotografía puede documentar la realidad de manera impactante. Fotos icónicas como las de la Guerra de Vietnam o la Gran Depresión han servido para concienciar al público sobre injusticias, sufrimientos y situaciones que requieren atención. Estas imágenes no solo informan, sino que también pueden movilizar a las personas a actuar y exigir cambios.
Además, la fotografía tiene la capacidad de preservar y transmitir la cultura. A través de retratos, paisajes y escenas cotidianas, los fotógrafos capturan la esencia de diferentes épocas, lugares y comunidades, ayudando a mantener viva la historia y las tradiciones. Estas imágenes permiten a las generaciones futuras entender y apreciar su herencia cultural.
En resumen, la fotografía tiene el poder de informar, preservar, desafiar e inspirar, haciendo de ella una herramienta crucial para influir en la cultura y la sociedad.
¿Cómo influyó la fotografía en tu vida?
La fotografía ha tenido un impacto profundo en mi vida, transformándose en una forma esencial de expresión y conexión. Desde que comencé a tomar fotos, me di cuenta de que era una manera poderosa de capturar y compartir mi perspectiva del mundo. Me ha enseñado a ver belleza en lo cotidiano y a apreciar los pequeños detalles que a menudo pasan desapercibidos.
A nivel personal, la fotografía me ha brindado una forma de explorar y procesar mis emociones y experiencias. Cuando miro a través del visor, encuentro una manera de comunicar lo que siento y pienso sin necesidad de palabras. Ha sido una herramienta terapéutica, permitiéndome conectar más profundamente conmigo misma y con los demás.
La fotografía también ha fortalecido mis relaciones. Al enfocarme en fotografiar a mi familia y amigos, he podido capturar momentos especiales y crear recuerdos tangibles que todos valoramos. Estos retratos no solo documentan eventos importantes, sino que también reflejan las conexiones y el amor que compartimos.
¿Tenés algún proyecto futuro o meta que te gustaría alcanzar en la fotografía?
Un proyecto específico que estoy planeando es una serie sobre la conexión intergeneracional. Me gustaría fotografiar a personas de diferentes edades en sus entornos familiares, capturando la interacción y el vínculo entre abuelos, padres e hijos. Creo que hay una riqueza y una sabiduría en estas relaciones que vale la pena documentar y celebrar.
Otra meta que tengo es realizar una exposición de mis trabajos en una galería. Quiero compartir mis fotos con un público más amplio y tener la oportunidad de interactuar con las personas que se sientan conectadas con mi trabajo. Me gustaría que esta exposición fuera una experiencia inmersiva, donde las fotos se presenten en un entorno que refleje su contexto y significado.
¿Qué foto te queda aún por sacar?
Espero que muchas, ya que creo que sacaré hasta que muera y no tengo planes de que sea pronto
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Todos los datos que puse sobre Ana Sofía al principio de la nota fueron los que le di a la inteligencia artificial para que creara a esta fotógrafa, que es pura ficción. Luego de haber dado los parámetros que marcarían la personalidad de nuestra autora, comencé con las preguntas que hacemos habitualmente en esta columna. El nombre lo inventó ella misma.
El sábado 8 de agosto tendremos en Casa Arbus un taller de inteligencia artificial con Eugin, y eso motivó a crear una fotógrafa ficticia a través de las plataformas de creación de texto e imágenes para seguir investigando este mundo.
Al que le haya gustado alguna imagen de Ana Sofía, no se sienta defraudado por su inexistencia física, veámoslo como una ficción. En el cine estamos más acostumbrados a aceptar historias que no tienen una supuesta verdad como base, pero a la fotografía, muchas veces, le pedimos una realidad que no puede ser tal desde el momento en que la encerramos en un encuadre.
La realidad de las vivencias de una fotógrafa con su hijo nunca podrá ser reemplazada por una creación digital, pero eso solo es válido para los que viven el momento fotográfico. En la fotografía, saber que no es real todavía les quita la magia a muchos.