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José Luis Pintos Saldanha

Memorable lateral mitológico en el exilio económico: “el Chango”.

Está en Estados Unidos. Se fue de golpe allá por el 2000 cuando trabajaba en un cambio de 18 de Julio. En Montevideo era un habitué del Bar Los Yuyos, donde le gustaba decir que era muy parecido al Chango, pero que no era él.

Manuel, un joven estudiante de sociología que conversó con El Portal recordó a Pintos Saldanha con cariño: “en esa época yo jugaba de lateral izquierdo en las inferiores de Nacional. Era mi ídolo. Un día mí padre me prometió que me iba a llevar a Los Céspedes a conocerlo.”

El Chango fue protagonista de la última época gloriosa del fútbol uruguayo a nivel internacional. Fue titular en la selección campeona de América en 1987, jugó en el Nacional campeón de América y del mundo en 1988 y en la selección uruguaya en el Mundial de Italia 90.

Jugaba de lateral, por los dos lados. Algunos lo recuerdan pintorescamente por uno de sus apodos: le decían el “triple feo”. Otros, los más hinchas, saben bien de su condición de ídolo tricolor.
El “Chango”, con actitud y despliegue, es uno de los quince jugadores con más partidos y años seguidos defendiendo al club en la historia de Nacional. Jugó 401 encuentros.



Muchos recordarán la final en Tokio. Aquel día, por última vez, un equipo uruguayo fue campeón del mundo. Nacional jugó un partido memorable con el PSV Eindhoven de Holanda. El equipo de Koeman y Romario, dirigido por Gus Van Hiddink, estuvo a punto de quedarse con la copa varias veces en el partido. En el alargue se puso 2 a 1 y fue sobre la hora, después de un corner tirado por Yubert Lemos, que el “Vasco” Santiago Ostolaza puso un cabezazo que no llegó a la red pero fue el gol que le permitió a Nacional ir a los penales.

Quizás lo más recordado de aquella tanda de penales sea la actuación del arquero Jorge Seré, “Superman” en el memorable relato de Carlos Muñoz. Fue "El Chango" el primero en quedar cara a cara con la posibilidad que terminara el partido. Él, y el danés Soren Lerby que tuvo la posibilidad de liquidar la definición después del penal atajado a Daniel Carreño. El remate fuerte, al medio y arriba fue levemente desviado por Seré y la pelota pego en el palo “¡pegó en el palo el penal de Lerby y revivimos todos!” Estalló Muñoz por la radio.

Después llegaron los penales de Ellerman, Juan Carlos De Lima, Valckx y Daniel Felipe Revelez, todos adentro. El octavo para el PSV lo tiró Gerets y atajó Seré. Le tocaba patear a Pintos Saldanha.

Cuando José Luis Pintos Saldanha salió desde la mitad de la cancha rumbo al punto del penal lo hizo sabiendo que era meterla y salir delirando de alegría. Se terminaba todo. Acomodó la pelota. Tomó carrera. “¡Ésta te pido Chango!” exclamó al borde de las lágrimas Muñoz. El “Chango” llegó como un bólido a la pelota y le pegó con alma y vida. Clank. El travesaño de liviano acero japonés entregó su nota, seca, fatal. Miles de personas quedaron congeladas frente al televisor.

Lo que queda después en la memoria del periodista es la narración dramática de Muñoz. Patearon Koot y Ostolaza y después Seré le atajó el penal al belga Van Aerle y pidió para patear él. No se lo dieron. Tony Gómez la acomodó. Muñoz no lo miró -por lo menos eso dijo-. La puso a la izquierda del arquero, a media altura. “Esta te pido Tonyiiiah... ¡oohhhll! ¡¡Nacional del mundo sí, Nacional del mundo carajo...!!

El Chango sufrió una desgracia a medias. Tan sólo prolongó la angustia. Pero perdió la chance de estampar su sonrisa en el último título mundial del fútbol uruguayo. Tampoco tuvo chances de solucionar su vida económica con el fútbol. Más allá de sus presencias en la selección no tuvo su pase al exterior. Jugó en Nacional diez años (1984-94) y su última temporada como profesional la jugó en 1995 en Progreso.



Hace un tiempo un amigo me dijo que si quería hablar con el “Chango” lo único que tenía que hacer era ir al Bar Los Yuyos, en el Prado, donde por una copa invitada el moreno contaba anécdotas sobre su época como jugador.

El Portal logró hablar con Gustavo Hernández, compañero de trabajo en la época que Pintos Saldanha atendía al público y hacía gestiones para Intercambio, donde llegó a través de su relación con el actual presidente de Nacional, Eduardo Ache. Anteriormente había trabajado como secretario de Ache en Ancap.

Hernández recordó sus momentos como compañero del Chango “hace unos cinco años”. Fue él que atendió al Licenciado Orlando Petinatti el día que llamó por un “pedido de mano” de una pareja del Chango. “Nunca lo vi en un día de mala cara, era un buen tipo”, comentó sobre la personalidad del futbolista retirado.

También confirmó la relación del Chango con el Bar Los Yuyos, del cual emitía frecuentes comentarios. “Le gustaba mucho la cerveza” recordó su ex compañero.

Sobre la partida del Chango rumbo a Estados Unidos comentó que fue repentina aunque no sorpresiva, “tenía ganas de irse”. Desde ese momento “no sé nada de él, lo último que supe fue que estaba trabajando de pintor”.

Esa parece ser la situación de la mayoría. Todos los dirigentes y jugadores consultados por El Portal dieron referencias difusas sobre su paradero actual. Nueva York, New Jersey y Miami fueron los tres lugares más nombrados y Alberto Bica dijo que había escuchado que estaba trabajando en una fábrica de pasta de dientes.



Lo cierto es que el Chango no está, el Chango se fue, el Chango se escapó de Uruguay. Forma parte de los 108 mil que se rajaron en los últimos ocho años y eligió uno de los destinos de moda. Algunos dicen que vino a votar en octubre, pero no lo pudimos confirmar con el celular apagado de Eduardo Ache, su último protector local.
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