Contenido creado por Gerardo Carrasco
Seré curioso

"Sacar un disco me parecía al santo botón"

Seré curioso: Lucas Sugo

En una nueva entrega de “Seré Curioso”, César Bianchi entrevista a Lucas Sugo, cantautor tacuaremboense radicado en Rivera, ex guitarrista de Sonido Profesional y actualmente consagrado a una interesante carrera como solista.

22.07.2014 10:04

Lectura: 13'

2014-07-22T10:04:00-03:00
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Por César Bianchi
@Chechobianchi

El hombre que tengo enfrente, minutos antes de que reciba el Disco de Oro en "Agitando" de Monte Carlo TV, es uno de los artistas más convocantes del momento. En un fin de semana se va -en una van tuneada con su nombre, su rostro y miles de fans de fondo- desde Artigas a Melo, de ahí a Salto y de ahí a Montevideo, para volver a dormir a Rivera, donde vive.

Es un músico integral que canta y toca la guitarra, pero también domina otros instrumentos y compone muchos de sus temas. A contrapelo de Juanes, que hace baladas pero de niño escuchaba Led Zeppelin y The Who, él -Lucas Sugo-, coherente con su propio gusto musical, soñaba con ser Luis Miguel.

Lo llamativo no es que desde niño se imaginara cantando con un desodorante frente al espejo del botiquín del baño, con la toalla en la cintura. Lo curioso es que todavía se sorprenda por el éxito que él mismo construyó. Y, al parecer, todavía no lo ha desbordado.


-Carlos Gardel renegó, o al menos ignoró, de su identidad tacuaremboense. ¿Vos también?
-No, de ninguna manera. Es que me fui muy chiquito a Rivera. Siempre dejo claro que soy oriundo de Tacuarembó, pero mi ciudad adoptiva es Rivera, porque mi madre me llevó a los 2 años y medio. Me mudé solo con mi madre... Yo me considero un hijo del norte.

-¿Cuánto influyó tu madre, Lucía Rodríguez, en tu vocación artística?
-Si por mi sangre corre música, es por mi vieja, viene de ahí. Mamá hizo sus primeras armas como practicante de maestra yendo a las escuelas rurales, con una mochilita y un gurisito que se llamaba Lucas Sugo. Tuve ese vínculo estrecho con mamá. En casa se escuchaba bolero, folclore, tango, mucha música. El tarareo de mi madre era constante. Todo lo que vivo tiene ese punto de partida.

-¿A tu padre no lo conociste?
-A mi padre lo vi tres veces en mi vida. Una vez de niño y dos de grande... pero no tuve vínculo con él. Mi padre tiene nombre: se llama Lucía, y mi madre también se llama Lucía.

-¿Es cierto que de chico agarrabas un desodorante que hacía de micrófono y jugabas a ser cantante?
-Sí. De chico, o agarrás un montón de medias, hacés una pelota y te imaginás que estás en el Estadio Centenario, o agarrás un antisudoral y hacés de cuenta que es un micrófono. Yo, de niño, salía de bañarme, me miraba al espejo, que estaba empañado, y soñaba con ser cantante. ¡Yo soñaba intensamente con eso! Pero ese sueño estaba ligado a una frustración inmediata de la posibilidad de lo casi imposible. ¿Qué quiero decir? Que yo abría los ojos frente al espejo del baño y decía: "Pero pará, que yo estoy en Rivera, y si estoy en Rivera, estoy en Uruguay, y en Uruguay eso no pasa". Porque idolatría respecto a los músicos no hay acá. Entonces caía al suelo... era bravo. Pero dentro de mí, yo decía: "No importa, loco... Vos arremangate y dale, porque de repente se te da".


"Yo abría los ojos frente al espejo del baño y decía: 'Pero pará, que yo estoy en Rivera, y si estoy en Rivera, estoy en Uruguay, y en Uruguay eso no pasa'. Porque idolatría respecto a los músicos no hay acá. Entonces caía al suelo..."



-¿Y de chiquito qué música te imaginabas que cantabas? ¿Rock, folclore, cumbias?
-Romántico... Yo miraba en la tele a Luis Miguel, a (Ricardo) Montaner, al "Puma" Rodríguez cuando era más chico y pensaba: "¿Será que se me va a dar?". Yo los miraba con atención, los estudiaba, y traté de prepararme, de estudiar, para poder cantar y tocar de la mejor forma posible. Tuve muchas influencias: mi madre escuchaba tango y folclore, también a Isabel Pantoja. Yo me crié con eso, pero los de mi generación escuchaban otras cosas. Yo soy fanático de Gardel, de Freddie Mercury, de Nino Bravo, de Luis Miguel, del dúo Bruno y Marrone, de Andrea Boccelli... de distintos palos.

-No sos un músico improvisado. Te preocupaste por formarte.
-Es otra deuda de gratitud con mi madre. Desde chico me mandaba a estudiar música y me insistía... y a los 14 años empecé a cantar, el aplauso fácil, las chicas... Y mi madre me decía: "Todo bien, pero estudiá, estudiá". Nosotros usamos mucho la metáfora de una rama para agarrarse. Soltar una rama para aferrarte a otra. Estudié, hice Conservatorio y todo, y hoy soy profesor de guitarra, de bajo, de órgano. Eso me dio herramientas para cuando las vacas estaban delgaditas -¡la aftosa vino a full a casa!-, tenía cómo ingeniármelas para hacer música, sabiendo.

-Era mucho más que un hobby. Te preparaste para ser músico.
-Era mi vida. Incluso ahora que mis pichones (Lucas Agustín de 12, y Florencia de 8) empezaron a probar con la música, yo los aliento, pero los dedico para que se preparen y estudien. Mi vieja llegaba a decirme que yo la saturaba con la guitarra, pero no era para ganar chicas, era porque me salía.


"Hice Conservatorio y todo. Hoy soy profesor de guitarra, de bajo, de órgano. Eso me dio herramientas para cuando las vacas estaban delgaditas".


-¿Qué significó Sonido Profesional en tu carrera?
-En materia laboral y profesional, fue de vital importancia para mi carrera. Gracias a esa banda mi voz se hizo conocer en el interior del país y en gran parte de la capital. Tengo una deuda de gratitud muy grande para con Sonido Profesional, hasta el final de mis días. Gracias a Dios conservamos el buen vínculo.

-¿Y cómo nace la idea de tirarte como solista? ¿Fue iniciativa tuya?
-Siempre estuvo... desde los tiempos del antisudoral. Lo esperé mucho, pero esperé el momento indicado. Demoré años en tomar la decisión, la salida de Sonido fue directa y frontal. Pero era el sueño que yo tenía. Lo pensé y me tiré al vacío, pero por suerte había gente abajo, para que el porrazo no fuera grande.

-Tenés varios hits, entre ellos Llora Me llama, Llueve y Cinco minutos. ¿Cuál es el que más querés?
-Hablando de hits, sin dudas el plus es Cinco minutos, porque la escribí yo. Entonces, no hay con qué darle. La magia del compositor es eso: vos tirás una letra y cada uno la interpreta como quiere, esa es la magia de la composición. Pero si te digo la verdad, el real sentido de Cinco minutos es un pedido desesperado de una madre a un hijo para que salga del mundo de las drogas. "Desarma esas valijas", empieza la canción. "No cruces esa puerta", es la puerta que lo lleva a la adicción. "Ven, siéntate, escúchame, no tires al vacío todo lo vivido, por alguien que ni sé quién es"... y después el grito desesperado de la madre, pidiéndole al hijo que se tome cinco minutos para recapacitar.

-Vos decías que en Uruguay no se idolatra a los músicos, pero resulta que futbolistas de talla internacional como Edison Cavani y el "Cebolla" Rodríguez te tomaron como referente. Hay un video colgado de Cavani recuperándose de una lesión mientras escucha Cinco minutos y al "Cebolla" lo premiaron en el Atlético de Madrid y entró mientras ponían esa canción... ¿Qué sentiste al ver esos videos?
-Yo me crié en el interior... Las cosas grandes yo no las tenía al alcance de la mano. Miraba todo por la tele. Y empecé a vivir cosas que yo miraba por la tele, ¡pero me estaban pasando a mí! Cuando vi esos videos, el "Cebolla" se comunicó conmigo y me avisó que lo viera, porque había 300.000 personas mirando la premiación y él me avisó que había puesto mi canción. Yo vi el link y no lo podía creer. Tengo 36 años pero a veces me siento como un gurí: no sabía si gritar, llorar o saltar... estaba como perdido. Son cosas tan grandes, tan especiales, que uno las ve en la tele, pero resulta que sos el protagonista.

"El 'Cebolla' se comunicó conmigo y me avisó que viera el video, porque había 300.000 personas mirando la premiación del Atlético de Madrid y me avisó que había puesto mi canción. Yo vi el link y no lo podía creer"


-Me imagino que tus fines de semana deben ser de locos... ¿Solo bajás un cambio y descansás de lunes a miércoles, o ni eso?
-El 2013 fue muy fuerte, porque tuve un ascenso impresionante en mi carrera y la consolidación de la misma en el interior. Pero el 2014 superó cualquier tipo de expectativas. Nunca se vio algo así en el interior, y llegué muy fuerte en Montevideo, siempre hablando de música tropical. Hoy se escucha mucho la música tropical en todo el país. Ahora no tengo tiempo, como antes, para descansar, o disfrutar de los míos... Ni un lunes. Tengo un solo día de descanso, pero es que estoy en un momento que tengo que aprovechar. Yo soñé toda mi vida con este momento. Yo los lunes los tengo libres, pero ahora los duermo... ya no los disfruto. Sarna con gusto no pica. Para el año que viene me voy a organizar mejor con las giras, para no ir de Minas a Bella Unión y de ahí a Montevideo.

-Desde el domingo 20 hasta mañana, miércoles 23, llenaste cuatro Teatro Metro, y el sábado en el programa "Agitando una más" de Monte Carlo TV te dieron el Disco de Oro por 2.000 copias de tu disco "Sentimientos encontrados". ¿Ahora sí terminaste de conquistar al público montevideano?
-Siento que hay una química especial, que hay un reconocimiento, pero en el sentido de conocernos más y mejor. Ya saben quién soy, ya me ubican... Empezamos a escribir una historia juntos: los capitalinos y yo, Lucas. Ahora la responsabilidad es más grande, y muchos más ojos y orejas van a estar atentos a lo que yo haga.

-Volviendo al disco, en una etapa en la que casi no se venden discos porque la piratería está a un click de internet, y se venden las copias en las ferias, resulta más meritorio el Disco de Oro, ¿no?
-Tenés toda la razón... Cuando la gente de Montevideo Music Group me dijo de hacer un disco, me parecia al santo botón. Pensé que no lo iba a comprar nadie, porque hasta mi madre ya tenía todos mis temas. Yo antes la ponía en Facebook para que la descargara el que quisiera. Yo camino por un camino culebrero, polémico: no estoy en contra de la piratería. Gracias a ese fenómeno, mi voz se escucha en todos lados y me conocen todos. Ir en contra de eso es una quijotada inútil. Por otro lado, el tipo que compra un disco, y quiere tener el arte, el objeto, es una demostración de cariño que el que compra ni se imagina. ¡A mí me pasaba cuando compraba un disco de Luis Miguel! Pero no esperaba tanta repercusión...

-Todas tus canciones hablan de amor. ¿Vos cuántas veces te enamoraste?
-(Piensa) Me enamoré dos veces, en lo que respecta a parejas.

-¿Nunca te enamoraste de alguien que no te haya correspondido?
-No sé bien, porque no he podido hablar con Jeniffer López... para ver si hay química. (Se ríe). No... por suerte no me pasó. He tenido la felicidad de que me enamoré de la madre de mis hijos, y tengo una relación actual, Antonellla, que me llena de amor. Pero el único amor que queda hasta el final es el de mis dos hijos.

"Yo soñé toda mi vida con este momento. Yo los lunes los tengo libres, pero ahora los duermo... ya no los disfruto. Sarna con gusto no pica".


-¿Antonella se banca tu estilo de vida actual, con tu desempeño artístico por las noches?
-Es difícil... Vivíamos separados hasta que ahora se mudó conmigo, hace un año y medio que estamos en las afueras de Rivera. Debo confesar que es bravo, porque hay un fanatismo... que está muy bueno igual, porque un niño de 5 años o un anciano cantan mis canciones. Pero a veces mi compañera debe bancar que una chiquilina me ponga allá arriba, en un sitial de idolatría. Yo no sé si aguantaría. Sin dudas es una gran compañera.

-¿Qué pensás de otros subgéneros de la música tropical como la cumbia villera, o como canciones con letras de la profundidad tal de El Traidor y Los Pibes, que cantan: "La otra noche la saqué embarrada y sucia, siempre el mismo problema"?
-Yo traté de formarme para subir al escenario, pero sabiendo que uno es profesional, y pensando letras que tengan un por qué, una esencia... debo decir que hay ramas de la música tropical que no comparto. Ojo, que el ritmo de la cumbia villera mueve, el problema son las letras. Con los Wawancó la música te movía. Pero es cierto que hay apología de la delincuencia, la droga, y los antivalores.

-¿Qué música escuchás en tu casa y en tu auto?
-Mucha música brasileña, sobre todo sertanejo, que viene del nordeste pero ahora invadió todo Brasil: Víctor y Leo, Bruno y Marrone, Leandro y Leonardo antes... pero escucho de todo. Te puedo escuchar Nessum Dorma cantada por Pavarotti, después Zitarrosa, y después música tropical.

"El ritmo de la cumbia villera mueve, el problema son las letras. Con los Wawancó la música te movía. Pero es cierto que hay apología de los antivalores".


-En Wikipedia, en el ítem "otro nombre", dice "El 1", como apodo. ¿Lo escribió un pariente o un gran fan?
-Yo no quiero pecar de falsa modestia. Sé que soy un privilegiado, un tocado por Dios y un elegido por la gente. No voy a decir: "Sí, la estamos peleando", porque me van a decir que soy un rostro. No, sé lo que me está pasando. Pero lo más importante es tener los pies en la tierra, hoy estoy a full. El "Loco" Abreu hace unos años también estaba como yo ahora, y ahora quizás la está peleando, está laburando. Con la música también es así. Cuando Lucas ya no pegue otro "Cinco minutos" pero siga dejando el alma en cada escenario, yo quiero que vaya gente a hacerme el aguante. Necesito más tiempo, esto de ahora es el furor nomás.

-¿Sos feliz?
-Sí, sin dudas. Realización personal y profesional.


Por César Bianchi
@Chechobianchi