Champions: Ludogorets 1-2 Real Madrid

El gol a los seis minutos del Ludogorets sorprendió y movió la estantería de la planificación que Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, había preparado. El tiro de esquina que derivó en dos cabezazos en el área, en el riguroso cumplimiento de la ley que afirma que dos toques de cabeza en el área es gol, se convirtió en tanto. Marcelinho puso el 1-0 y dejó a entrever que el Madrid se iba a ir en busca de goles, y por ende el encuentro iba a ganar en ocasiones de peligro.

Rápidamente, Cristiano Ronaldo pudo haber empatado el encuentro, pues a los 11 minutos falló un penal, o mejor dicho el arquero del equipo local, Vladislav Stoyanov, impidió que CR7 marcara su gol.

Entre este penal y el que Ronaldo sí pudo mandar a la red sucedieron varias situaciones de peligro para el arco de Stoyanov, pero recién llegó el empate a los 25', cuando el portugués venció el arco del Ludogorets.

A partir del tanto fue el mejor momento para el equipo merengue, que con Javier Hernández y Ronaldo pudo haber continuado por la senda del gol pero no lo logró y el primer tiempo se fue con empate.

El segundo tiempo tuvo la misma intensidad que los últimos minutos de la primera parte, con el Madrid atacando y el equipo local aguantando como podía el arco a salvo. Esta estrategia duró hasta los 77', cuando después de una gran jugada de James Rodríguez y un centro de Marcelo el francés Benzema solo tuvo que tocar el balón y mandar la pelota hacía las redes.

Así se fue el partido, con el Ludogorets con el doble sabor de saberse atrevido al momento de irle ganando al millonario Real Madrid, pero con lo amargo de no poder aguantar el resultado. El conjunto español, que sabe que debe mejorar mucho su juego, quedó liderando el grupo con seis puntos, a tres del Basel.

En el otro partido del grupo B, el Basel le ganó al Liverpool 1-0 en Suiza con gol de Marco Streller a los siete minutos del segundo tiempo. Un córner desde la punta izquierda derivó en un cabezazo de un futbolista suizo que el arquero Mignolet pudo tapar, pero el rebote llegó a los pies de Streller que, cayéndose, puso el único gol del partido.