José Pedro
Varela: el reformador
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Varela
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José Pedro Varela nació en Montevideo un 19 de marzo
de 1845. Sus padres fueron Don Jacobo Dionisio Varela y Doña
Benita Berro, quienes lo bautizaron como Pedro José en la
parroquia de San Francisco.
Concurrió a una escuela de niñas hasta los 8 años
(lo cual era común), y luego asistió al Colegio de
los Padres Escolapios, pero el propio Varela dejaría documentado
después en sus escritos que, en esos tiempos, no era mucha
la instrucción que podía adquirirse en el país.
Por eso, su esfuerzo por la autoformación cultural resulta
admirable. José Pedro tenía un marcado interés
por la literatura, y en sus ratos libres, gustaba mucho de leer
y escribir.
Cuando tenía 15 años dejó la
educación formal y se dedicó a trabajar en una barraca
de madera y hierro junto a su padre. Sin embargo, esta actividad
comercial -que realizaba únicamente por tratarse de la empresa
familiar- no le apasionaba tanto como las letras. De hecho, sus
deberes en el comercio no le impidieron colaborar activamente -como
escritor y periodista- en algunas publicaciones de la época.
Poemas de su autoría y otros trabajos figuraron en revistas
como El Iris, La Revista Literaria (un periódico literario)
y el diario El Siglo.
En 1867, Varela emprendió un viaje hacia Europa y Estados
Unidos con el fin de pasear y conocer mundo. También iba
a aprender muchas cosas. En los países que visitó,
él observó y estudió otras realidades, la forma
de pensar de otras personas, y vio cómo estaba organizada
la educación en otros lugares.
Muchos estudiosos de la biografía de Varela afirman que lo
más importante de ese viaje fue el encuentro en Estados Unidos
con el reformador escolar argentino Domingo Faustino Sarmiento,
quien lo orientó en las más modernas técnicas
educativas de la época.
A su regreso, y renovado con conocimientos de avanzada, Varela fundó
la "Sociedad de Amigos de la Educación Popular"
(en 1868) y se puso a trabajar con claridad y entusiasmo en las
ideas recogidas en el viaje, con miras a aplicarlas en la realidad
educativa nacional. Estaba convencido de que, para resolver los
difíciles problemas que atravesaba la sociedad, era imprescindible
difundir la educación a todas las clases sociales, y que
lo primero era asegurar lo básico: que todos los ciudadanos
supieran leer y escribir.
En 1873, Varela se casó con Adela Acevedo,
con quien tuvo dos hijos. Durante el gobierno de Lorenzo Latorre,
fue convocado para organizar la instrucción pública
escolar en todo el
país. Para entonces, José Pedro ya había publicado
"La Educación del Pueblo" en 1874 y "La Legislación
Escolar" en 1876, obras en las cuales reúne los principios
fundamentales
de su pensamiento y su acción sobre la educación.
En agosto de 1877, el Decreto-Ley de Educación Común
recogería muchos de esos principios.
Varela ocupó ese mismo año el cargo de Inspector Nacional,
al frente de la Dirección Nacional de Instrucción
Pública, encargada de nombrar maestros y formarlos. También
se crearía una Escuela Normal para la formación docente.
Desde allí se proclamaron los principios básicos de
la escuela uruguaya: OBLIGATORIEDAD, GRATUIDAD y LAICIDAD, aún
vigentes hoy, lo cual no implicaba que en los colegios no se pudiera
seguir impartiendo formación religiosa.
José Pedro Varela murió en octubre
de 1879, cuando sólo tenía 34 años. Su hermano
Jacobo Varela se encargó de continuar con su obra educativa.
La reforma Vareliana
La Reforma de la educación llevada a cabo por Varela nos
habla de un compromiso muy grande de José Pedro con la realidad
que le tocó vivir. Él deseaba con ansia contribuir
a solucionar la problemática social y política del
país, en una época convulsionada y crítica
a todo nivel.
La idea-guía sobre la cual se basa la Reforma es que la
educación (entendida como un proceso continuo que se recorre
a lo largo de la vida) es una de las fuerzas más eficaces
para promover el cambio, porque toma al niño casi al nacer
y lo guía hasta ya adulto, elevando su nivel intelectual,
reformando hábitos inadecuados e iluminando su mente.
Los tres grandes principios que proponía Varela en un Proyecto
presentado por él, y que fueran recogidos por el Decreto-Ley
de Educación Común del 24/8/1877 son: la OBLIGATORIEDAD
(todos los niños y niñas deben concurrir a la escuela),
la GRATUIDAD (la escuela pública es gratuita, es decir, paga
por el Estado en todos sus grados), y LAICIDAD (la enseñanza
de una religión queda reservada a los ámbitos de la
familia y las instituciones religiosas en las escuelas del Estado).
Como una visita interesante, se puede actualmente visitar el Museo
Pedagógico (en Plaza Cagancha 1175, en Montevideo), donde
se exponen objetos que se utilizaban en las escuelas en la época
de la Reforma Vareliana. Se encuentran allí desde útiles
escolares, material didáctico, libros de texto, hasta mobiliario
escolar. ¡Vale la pena!
Otras ideas medulares del pensamiento de Varela
la preocupación por el niño
• la limitación del horario de clases,
para protegerlo del cansancio
• la exigencia de vacunación
• la no admisión de niños con
enfermedades de carácter contagioso
respecto a los padres
• responsabilidad concreta por todo daño
material que causaran a los bienes materiales
de la escuela los niños a su cargo
• sanciones económicas para quienes
negaran su deber de educar
en cuanto al maestro
• exigencia estricta del título
para poder percibir sueldo del Estado como docente
en cuanto a la extensión de la educación
• fundación de jardines de infantes
para niños de 5 a 7 años
• funcionamiento de clases nocturnas para
adultos
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Por Cecilia González
/ Maestra
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