La Cruzada Libertadora
El Juramento
de los 33
Orientales
Juan Manuel Blanes, 1877 |
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El Desembarco de los Treinta y Tres Orientales un
19 de abril -fecha patria que recordamos cada año- representó
un hecho medular en la Cruzada Libertadora de 1825.
La Provincia Oriental había sido invadida por los portugueses
en 1816 y, al ser incorporada a Portugal, había pasado a
denominarse Provincia Cisplatina.
En setiembre de 1822, Brasil declaró su independencia y quiso
que la Cisplatina quedara bajo su dominio.
Desde Buenos Aires y otros lugares de Argentina, un grupo de orientales
liderados por Juan Antonio Lavalleja -quienes habían tenido
que huir de su patria al oponerse a las intenciones del Imperio
de Brasil- planeaba darle fin al dominio extranjero.
La victoria en la batalla de Ayacucho librada en 1824, que terminaba
con el poderío español en esta región de América,
llenó de entusiasmo y ánimo a estos patriotas.
Comenzaron entonces a organizarse para reunir dinero y armas a efectos
de lograr sus objetivos. Se reunían en la sastrería
de Pérez y Villanueva, cuyo encargado era el montevideano
Ceferino de la Torre, o en los saladeros de otros compatriotas como
Pascual Costa o Pedro Trápani. Contaron además con
el apoyo del gobierno de Buenos Aires.
Cuando todo estuvo listo, hechos los contactos para proveerse de
caballos cuando llegaran a las costas uruguayas, los orientales
se embarcaron en San Isidro, desde donde partieron en 2 pequeños
lanchones, cada uno con capacidad para unas 20 personas.
Para su seguridad, eligieron cruzar el río en una noche con
poca luna, y así no ser vistos. Cuentan escritos de la época
que durante la travesía, los lanchones pasaron a poca distancia
de buques enemigos, cuyos faroles podían verse.
Afortunadamente, los dos grupos de orientales que habían
salido de San Isidro lograron llegar a suelo patrio sin mayores
inconvenientes.
El 19 de abril de 1825 desembarcaron en Soriano, en la playa conocida
como "la Agraciada". Allí, reiteraron -al mando
de Juan Antonio Lavalleja- el juramento que habían hecho
en Buenos Aires: liberar la patria o morir por ella.
No se sabe con exactitud cuántos eran los orientales que
ese día llegaron a la Agraciada, pero se los recuerda con
el número 33 como un símbolo de la Cruzada, que seguiría
con fervor desde allí y hasta la Independencia.
La bandera de los Treinta y Tres Orientales
Los orientales que resistían en Argentina
la dominación luso-brasileña, y que se lanzaron a
liberar la patria en la Cruzada Libertadora, necesitaban un estandarte.
Adoptaron entonces para su bandera los colores que José Artigas
-quien se había visto obligado a retirarse al Paraguay en
1820- había usado siempre.
La bandera de los Treinta y Tres orientales es actualmente uno de
nuestros símbolos patrios, junto con el Pabellón nacional,
la bandera de Artigas, el Himno nacional y la escarapela nacional.
Está formada por tres franjas horizontales.
La azul, en la parte superior, simboliza la grandeza.
La blanca, en el medio, la república.
La roja, en la parte inferior, la sangre derramada por la libertad
y la independencia.
Lleva la leyenda "LIBERTAD O MUERTE" reafirmando el juramento
que animaba la Cruzada y que habían hecho los orientales
a su Patria.
El Juramento de los Treinta y Tres Orientales
Existe un famoso cuadro de Juan Manuel Blanes (1830-1901), que
ilustra el momento en que los orientales prestaban juramento en
la playa de la Agraciada.
Blanes es conocido también como “el pintor de la patria”
debido a su gran interés por pintar los “grandes asuntos”
de nuestro país, a fin de nutrir el sentimiento de identidad
nacional.
En efecto, la temática histórica está presente
en casi toda su obra, así como el retrato, con un carácter
documental o testimonial de la época.
El pintor era en su trabajo muy fiel a lo real, lo cual se aprecia
en sus cuadros, y gustaba de reconstruir exactamente los detalles
y situaciones. Tal es el caso de la pintura de referencia, cuyos
bocetos iniciales fueron hechos en el mismo lugar del desembarco.
El “Juramento de los Treinta y Tres Orientales”, así
como otras interesantísimas obras de Juan Manuel Blanes,
pueden verse en una visita al Museo Municipal que lleva su nombre,
y está ubicado en Avenida Millán 4015.
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Por Cecilia González
/ Maestra
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